miércoles, 25 de marzo de 2020

DIARIO DE UNA CUARENTENA (DÍA ONCE)


   De todo lo que he escuchado hoy me quedo con dos cosas: una buena y una mala. Contaré primero la mala y así  nos quedamos con buen sabor de boca al final. 
    En un pueblo de Cádiz se congregaron un grupo de unas cincuenta personas para impedir la entrada de 28 ancianos enfermos del COVID-19 que venían a una residencia de esta localidad provenientes de otra en la que habían muerto tres residentes. Este grupo de personas provocaron revueltas quemando contenedores y enfrentándose con la policía,  que tuvo que detener a varias de ellas. Por supuesto no ha sido todo el pueblo el que ha reaccionado así, sino un grupo de indeseables que se ha comportado con una total falta de solidaridad y de humanidad ante algo que  puede dar miedo, pero que nunca debería dejar aflorar lo peor del ser humano. 
    La buena noticia es la del propietario de un restaurante de carretera, también en Andalucía, que como no puede mantener abierto su negocio, ha ideado una manera de ayudar a los camioneros que ya no tienen donde comer ni tomarse un café caliente mientras recorren las carreteras españolas para que a nosotros no nos falte la comida u otros artículos de necesidad. Ha habilitado una camioneta donde dejan comida y bebida que todo el que quiera puede coger totalmente gratis: “coja lo que necesite” “ no admitimos dinero” rezan dos carteles a la vista de todos. 

    Dos tipos de reacciones bien diferentes ante una misma crisis. Ahí lo dejo. 

12 comentarios:

Sylvia dijo...

Somos el yin y el yan... hay gente para todo...
Un día más y un día menos
Bss

Tracy dijo...

Espero que al acabar esta crisis aumenten las buenas personas y disminuyan en gran cantidad las oras.

Campirela_ dijo...

El ser humano tiene sus dos versiones... y el miedo hace que muchas de las veces salga lo peor del ser humano , no creo que sea solidaridad sino más bien miedo a enfermar ..La otra es una buena acción para que todos podamos tener vivieres en nuestras despensa ..Un abrazo CHARO.

Sindel Avefénix dijo...

Querida Charo te leo y siento que es lo mismo en todos lados, lo peor de algunos sale y eclosiona en algo peor que lo que nos está asolando. Acá la gente está fatal también, muchos no cumplen con la cuarentena y nada les importa del prójimo. Así que como vos lo decis voy a rescatar lo bueno que cuentas al final. Y me quedo con un poco de esperanza en las personas. Beso enorme.

José Antonio López Rastoll dijo...

La miseria y grandeza del ser humano. Nada nuevo bajo el sol.

Un abrazo.

Albada Dos dijo...

Sin querer causar problemas, esas personas no hicieron bien las cosas, y mi admiración por ese dueño de gasolinera tan solidario y buena gente. Los camioneros son imprescindible ahora, comos siempre lo han sido, de hecho.

Un abrazo y por la solidaridad, que también se explaya estos días.

Charo dijo...

La verdad es que sí, y seguramente hay gente que se aprovechará de esta crisis en su propio beneficio, pero sinceramente creo que abundan las personas con buenos sentimientos sobre las otras.
Un beso

Charo dijo...

Seguro Tracy, yo creo que en general abundan las buenas.
Un beso

Charo dijo...

Tienes razón, el miedo a veces obliga a hacer cosas que de otra manera no harías nunca, pero hay que intentar dominarlo.
Un beso

Charo dijo...

Si, yo creo que en general la gente buena y con conciencia prima sobre la otra, así que intentaremos quedarnos solo con lo positivo.
Un abrazo y cuídate mucho!

Charo dijo...

Razón tienes, querido José Antonio!
Un beso

Charo dijo...

Realmente esos gestos desinteresados de la gente son los que emocionan de verdad y lo cierto es que hay muchos más que de los otros.
Un beso