TÍTULO: LA NEBLINA DEL AYER
AUTOR: LEONARDO PADURA
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2005
EDITORIAL: TUSQUETS
GÉNERO: NEGRA
SOBRE EL AUTOR:
Nació en La Habana en 1955. Es
escritor y periodista especialmente conocido por sus novelas policiacas sobre
Mario Conde: Pasado perfecto (1991),
Vientos de Cuaresma (1994), Máscaras (1997) y Paisaje de otoño
(1998), Adiós Hemingway (2006) Herejes (2013). El hombre que amaba a los perros (2009) y Fiebre de caballos (2013)
entre otras.
RESUMEN:
La Habana, verano de 2003. Han transcurrido catorce años desde que el
teniente investigador Mario Conde, desencantado, abandona la policía. Su
inclinación por la literatura y la necesidad de ganarse la vida lo ha llevado a
dedicarse a la compra y venta de libros de segunda mano. El hallazgo fortuito
de una valiosísima biblioteca le coloca al borde de un magnífico negocio, capaz
de aliviar sus penurias materiales. Pero, en un libro de esa biblioteca,
aparece una hoja de revista en la que una cantante de boleros de los años
cincuenta, anuncia su retiro en la cumbre de su carrera.
OPINIÓN
PERSONAL:
Esta es la primera novela que leo de este autor del que, admito mi
ignorancia, no conocía siquiera su existencia. Dado que la hemos leído en el
club de novela negra, le he sacado mucho más partido que sí la hubiera leído
sola por mi cuenta, pues no solo son muy
enriquecedores los comentarios de los compañeros sino, por supuesto, los de Carmen, la encargada de dirigir el
club, una persona encantadora, que sabe
muchísimo de novela negra y sabe
transmitir con mucho entusiasmo.
Pertenece a una serie dedicada a Mario Conde, policía en Cuba durante trece años, pero que en la presente
novela ya ha dejado el cuerpo y se dedica a la compra y venta de libros
antiguos. Esto hace que la carga de la novela no sea tan pesada como en otras
novelas negras en las que la investigación recae en la policía y a menudo
existe una gran urgencia por resolver el crimen. Por otra parte, en las
dictaduras, la policía genera más bien rechazo y los investigadores de las
novelas latinoamericanas suelen ser
privados.
Mario Conde es un romántico
soñador que se metió a policía porque creía que iba a salvar al mundo, aunque
más tarde se desencantó y abandonó el oficio. Según nos cuenta en sus
recuerdos, " nunca fue prepotente
ni se dejó seducir por la corrupción como otros colegas y tiene el
convencimiento de que nunca fue injusto". Es un nostálgico empedernido,
amante de los libros y la música, bebedor,
que quiere a sus amigos por
encima de todo y con la idea, siempre pendiente en su cabeza, de ser escritor
algún día.
La trama principal está ambientada
en Cuba, en el año 2003, cuando
una profunda crisis económica y política azotaba la isla. La acción transcurre
en tan solo diez días, aunque hace numerosos flashbacks a la época de la dictadura de Baptista (1952)
y a la revolución de Fidel Castro (1960). El autor nos muestra, a través de las
fiestas y los " homenajes" que se pegan "el Conde", como se
refiere Padura al policía, y sus amigos de toda la vida, una forma de ser de
los cubanos, que disfrutan en cada momento
de lo poco o mucho que puedan tener sin preocuparse por qué pasará
mañana, si tendrán o no para comer. Les gusta disfrutar de la vida, de la
comida, de la bebida, de la amistad, del sexo, porque todo a su alrededor es tan
penoso y abunda tanto la escasez en todos los aspectos que disfrutan de cada
momento como si fuera el último.
En cuanto al lenguaje, utiliza un amplio vocabulario con términos
cultos, empleando siempre la palabra perfecta para definir lo que quiere expresar,
con una multitud de matices con los cuales logramos meternos en el ambiente
nocturno de una Cuba anterior a la gran crisis, en el culmen de su esplendor,
así como a recorrer luego sus calles venidas a menos, meternos en su ambiente
opresivo, de miseria, de hambre, presintiendo el peligro a través de los ojos y
de todos los sentidos de Conde. Maravillosas también las descripciones de los
personajes, como Yoyi, el palomo,
Rogelio, Pancho Carmona, Rafael Giró, Violeta Del Río...cada uno con sus
peculiaridades que lo hace único y exclusivo, así como la de los autos(
Chevrolet de 1956), las casas o los libros antiguos.
La música es también una parte muy importante de la novela íntimamente
relacionada con los protagonistas de la trama tanto en el presente como en el
pasado en el que se nos muestra la grandeza
musical que había en La Habana en los años cincuenta, cuando se consideraba la ciudad con más vida
del mundo, con artistas como Celia Cruz, Katy Barqué, La Lupe, Olga Guillot, La
Sonora Matancera....
Para resumir diré que aunque las primeras páginas me hicieron creer que
me iba a resultar aburrida, porque el cadáver tardaba en aparecer y la
enumeración de los libros encontrados se me hacía pesada, enseguida me atrapó, para terminar por parecerme una novela
redonda, maravillosamente escrita, nostálgica, que critica sin pudor la
política cubana transmitiendo a la vez la alegría de vivir de sus habitantes,
sin dejar de lado la intriga de una
buena novela policiaca.