TÍTULO: SABER MOVERSE
AUTOR: JORGE DAVID ALONSO CURIEL
EDITORIAL: ATLANTIS
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2016
GÉNERO: RELATOS CORTOS
SOBRE EL AUTOR:
Jorge David Alonso Curiel (Valladolid) es licenciado en Filología
hispánica, escritor y crítico cinematográfico y literario y articulista en
distintos periódicos. Ha publicado la
novela breve Las guerras han terminado, el
libro de relatos eróticos Tu mejor pecado y el libro de relatos Yo
conocí a un hombre satisfecho, además de numerosos relatos en
diversas antologías.
RESUMEN
“¿Qué
hay que hacer para ser feliz y encontrar un poco de equilibrio en esta vida?
Los insatisfechos personajes de estos 13 relatos se lo preguntan muchas veces.
No solo es que no entienden lo que les rodea, sino que además es probable que
sean demasiado sensibles para encontrar su lugar en este mundo. Un hombre que
se dedica a robar las historias de los que se van a suicidar en un puente; un
niño que no entiende lo que le dice su abuela; una periodista que odia a los
escritores o una prostituta que engaña a sus clientes porque es lo que merecen,
son algunos de los seres que pueblan este libro que intenta entender eso tan
incómodo y fascinante que es la realidad y el sentirse partícipe, aunque no se
quiera, de estar vivos. ¿Es verdad que la vida es una broma macabra y dolorosa
pero repleta de diversión? Los seres de estos cuentos lo intentan responder.
"
OPINIÓN PERSONAL
Tengo la suerte de haber participado en una antología de relatos de fantasía,
ciencia ficción y terror ( KALPA 2015 ) con Jorge David (El
perfume de la mala muerte), por lo tanto ya conocía su forma de
escribir y ya sabía que me gustaba su estilo. Cuando un escritor escribe bien,
suele hacerlo sobre cualquier tema.
La
forma de escribir de Jorge David es ágil, entretenida, con diálogos amenos y
con palabras sencillas que te atrapan
suavemente en una corriente de la que es difícil salir. Me gustan mucho
los comienzos de casi todas las historias, directos al asunto, sin rodeos ni
antecedentes innecesarios, como en La vida que nos merecemos, una de las pocas
historias contadas en tercera persona, que comienza con un hombre subido a un
tejado en el que el narrador (su amigo)
vuelve hacia atrás para contarnos cómo ha llegado hasta ahí y hacia delante
para contarnos el desenlace. ( " Que te enteres por
las imágenes del telediario de que tu mejor amigo se haya encaramado esa misma
tarde al tejado del ayuntamiento para tirarse al vacío por todo lo que ha
sufrido por una mujer —asunto que conozco con todo detalle— , ya comprenderán
que no es lo mejor para acompañar la cena, es así, tienen que
entenderme").
Todas
las historias de "Saber moverse"
hablan sobre las personas, sobre situaciones emocionales a veces llevadas al
absurdo o exageradas, en ocasiones con
un fino y delicado tono de humor, en las
que los protagonistas tienen que adaptarse o "saber moverse" para
gestionar el amor, la soledad, el sentimiento de pérdida o las relaciones de
pareja. La mayoría están contadas en
primera persona, con un narrador protagonista que parece no fiable pues da la
impresión de que se inventa lo que le gustaría que fuera, para poder soportar
lo que es, aunque eso no podemos saberlo, como sucede en el caso de Tacones de invierno,
donde en el velatorio del vecino de arriba un hombre conoce a su hija y entre
los dos surge el flechazo; o en De gira, en
el que una madre le cuenta a su hijo, en una carta que no piensa darle, que su
padre es un gran ídolo de la música que se encaprichó de ella.
Me
llama la atención la sintonía que tiene el autor con el pensamiento en
femenino, o al menos eso es lo que yo he sentido con algunos de los relatos,
como el que da título a la antología "Saber moverse"
en el que una mujer que acaba de perder a su marido en un accidente, se embarca
en un crucero por los fiordos noruegos, momento que aprovecha para escribir un
diario en el que reflexiona sobre lo que ha sido su vida y sobre lo que será a
partir de este viaje cuando tendrá que aprender a vivir en soledad y
desprenderse de la dependencia emocional que sentía hacia su marido. "Miro por el ventanal y el mar está cubierto de niebla. La
niebla. Yo no quiero vivir en la niebla".
En Distintos modos de dar o en Mañana
sin tráfico es a través de dinámicos y contundentes diálogos como el
autor nos muestra el deterioro y la
incomunicación en las relaciones de pareja. No faltan los relatos con un
componente trágico como es la muerte, que llega de diferentes maneras, para acabar voluntariamente, o no, con el
sufrimiento. Es el caso de Gente verdadera, Educar o
La calle del portal encendido.
El libro lo componen trece relatos cortos, ideales, en mi opinión, para
llevarte a la playa y leer a la sombrita, entre baño y baño para desconectar
entre ellos, aunque tendrás que hacer un enorme
esfuerzo para no encadenar unos con otros y leértelos todos casi de un
tirón, que es lo que he hecho yo.