jueves, 19 de marzo de 2020

DIARIO DE UN ESTADO DE EMERGENCIA(DÍA CINCO)


   Hoy estoy doblemente aislada. Me ha tocado a trabajar y trabajo en un sitio donde saben mucho de aislamiento. En mi trabajo la mayoría de la gente tampoco puede salir a la calle si no hay una razón justificada, pero no solo en este periodo en el que estamos viviendo sino durante el tiempo que dure su condena. Soy funcionaria de prisiones y trabajo en la prisión de Aranjuez. Aquí se dio el primer caso de coronavirus en una una prisión y fue en una trabajadora del centro. Aranjuez es una de las pocas prisiones donde existe un módulo donde las parejas de internos pueden vivir juntas con sus hijos menores de tres años. El módulo familiar lleva aislado desde que apareció el caso y creo que continúa todavía. Una prisión es como una ciudad pequeña que tiene casi todos los servicios: lavandería, talleres, economatos, área sociocultural...y también un módulo de aislamiento(otra vez la palabra aislamiento) que es donde van los que se portan mal. 
    Cada día entran a una prisión un montón de personas que vuelven a salir y que le hacen la vida más fácil a los que están encerrados aquí: además de los funcionarios de vigilancia propiamente dicha con los que la mayoría tiene buena relación, entran cada día trabajadores sociales, psicólogos,  educadores, profesores, monitores de cursos, evangélicos, testigos de Jehová , voluntarios de Cruz Roja...además de los familiares que vienen a comunicar, bien por locutorios o por vis a vis. Además de esto, muchos internos salen de permiso ordinario o de fin de semana, y todo eso es lo que les permite sobrellevar el estar privados de libertad. Pues bien, todo eso se ha suspendido por el coronavirus, así que es muy normal que muchos estén nerviosos y preocupados,  sumado a que a algunos también le falta la droga que introducen muchos familiares a pesar de que luchamos contra ello. 
   Yo trabajo en el departamento de ingresos y me ocupo de todo lo que he hablado antes: permisos, libertades, diligencias, salidas al hospital, conducciones... Normalmente hay muchísimo trabajo y cuando estoy sola realmente no doy abasto. Hoy el día ha sido tranquilo para mí , aunque  mis compañeros que trabajan en otros módulos no pueden decir lo mismo. Mi horario es de 8 a 21:15 así que estoy aquí todo el día. En este departamento no suele haber problemas porque los internos que ingresan  suelen estar muy poco tiempo.El resto son ordenanzas que ayudan a los funcionarios y sin los que sería mucho más complicado que todo funcionara. La mayoría están aquí un tiempo hasta que se van en tercer grado a algún C.I.S. Con algunos tienes bastante relación y realmente llegas a apreciarlos y echarlos de menos cuando se van. 

     Hoy no he podido hacer deporte, y por supuesto, tampoco he limpiado la cocina. Cuando estoy en el trabajo también estoy un poco aislada, como en otro mundo. 

5 comentarios:

Tracy dijo...

Ese trabajo debe ser agotador, aparte de llevar una gran carga emocional ¿no?

Albada Dos dijo...

Un trabajo que seguro da muchos ratos buenos y ahora es mala época. Ellos,los presos, ahora encerrados, sin visitas, han de estar medio locos. Tampoco entra tabaco u otras sustancias, imagino, asi que estan como tortugas en su mundo, más desnudos que nunca. Y parte de ese sentimiento también está en ti.

Un abrazo y porque la primavera que entra nos ilumine la mirada, a todos

Charo dijo...

La verdad es que si, sobre todo para los funcionari@s que trabajan en los módulos en contacto directo con los internos.

Charo dijo...

Tabaco y café tienen todo el que su peculio les pueda permitir, porque lo pueden comprar en el economato, a la mayoría es lo que les da un poco de “vidilla”. También tienen una biblioteca muy bien surtida, pero esto ya son muchos menos los que la utilizan.
Un abrazo para ti también.

José Antonio López Rastoll dijo...

A todos nos falta la droga de la libertad estos días; gracias por amenizar la espera con pormenores de tu trabajo. Deberías escribir un libro.

Un abrazo.