TÍTULO:
LA LIGEREZA DE LA GRAVA
AUTOR:
RICARDO ROCES
AÑO DE
PUBLICACIÓN: 2016
EDITORIAL: AUTOPUBLICADO
GÉNERO: HUMOR
SOBRE EL AUTOR:
Nacido en Barcelona, esta es su primera novela
publicada. Tiene dos blogs en los que publica con regularidad: uno de humor Diario de un completo gilipollas y otro de autor El resplandor de las letras.
RESUMEN:
"En la tradición de la novela humorística clásica, “La ligereza de la grava” cuenta la historia de
Anselmo Queralt, uno de los hombres más poderosos del país, recién cumplidos
los setenta años, que ahora se encuentra en lo alto de un puente, dispuesto a
acabar con su vida. Lo tiene todo y, no obstante, siente que no ha conseguido
nada. Es entonces cuando aparece Edurne, una insoportable mujer que cambiará todo.
Aunque las cosas no son lo que parecen a primera vista y este encuentro
provocará una serie de imposibles situaciones que acabarán con toda la
civilización al borde del colapso por culpa de tres misteriosos personajes y un
bocadillo de sobrasada con pimientos."
OPINIÓN PERSONAL:
Por
propia iniciativa no suelo leer novelas de humor, no porque no me gusten sino
porque establezco prioridades y entre ellas están otro tipo de géneros, pero cuando el autor me solicitó una reseña,
accedí encantada para desconectar un poquito de lo que suelo leer. Tengo que
decir que no me
arrepiento de
haber aceptado.
La novela parte de una situación dramática,
con un hombre a punto de suicidarse, que inmediatamente se transforma en absurda cuando aparece una mujer que
también quiere suicidarse en el mismo sitio y de la misma manera. La mujer es
Edurne, una mujer madura, poco agraciada y sobrada de kilos que además utiliza
un lenguaje vulgar y soez. El personaje se
hace insoportable desde que aparece, con una muletilla que crispa los nervios y
con un comportamiento grosero,
impertinente y sarcástico. Supongo que es lo que el autor quiere que
sintamos por ella por lo que en ese sentido está
muy logrado llegando al extremo, al menos en mi caso, de que al final de la
novela esa repelencia inicial se transforma
en cierto aprecio.
El otro personaje principal, Anselmo
Queralt, es un multimillonario de 70 años con cinco hijos que solo quieren su dinero, cansado de la
vida y de la riqueza que no le ha dado la felicidad, que ha visto a La Muerte (con mayúsculas) de
cerca siendo este otro motivo (aunque parezca irónico) para querer acabar con
su vida. Es dueño, entre otras cosas, de una gran cadena de hamburgueserías y
la casualidad o el destino hacen que la mujer que quiere suicidarse a la vez
que él, sea una empleada suya, aunque esta en principio no lo sepa. El
encuentro entre los dos personajes hará que las vidas de ambos cambien por
completo.
Otros personajes relevantes de la trama son
las tres muertes, a las que el autor personifica, dándole apariencia de
personas normales aunque con sus
peculiaridades. La Muerte (con mayúsculas) es un anciano con aire venerable, barba cuidada, uñas y dientes perfectos y vestido de blanco.
Tiene dos "hijos": Juan Dulce (La Dulce Muerte), un tipo alto y desgarbado de piel muy blanca, ojos negros
y pelo lacio y grasiento, y Eva Cruel (La Cruel Muerte), una mujer repulsiva, de
piel casi transparente y dientes negros,
vestida con una falda de volantes de color morado y una especie de
jersey de cuello alto del mismo color. Como cualquier familia tienen sus
pequeñas desavenencias lo que da lugar a encuentros entre ellos realmente
absurdos, pero con unos diálogos muy divertidos. Llegan al extremo de ir a un
programa de televisión para intentar resolver sus diferencias, sin embargo lo
que sucede es el efecto contrario, dando lugar a un momento rocambolesco, en
el que el autor aprovecha para hacer una
crítica mordaz de los medios de comunicación
y los índices de audiencia.
La trama tiene
un ritmo ágil y entretenido desde el principio, pero es hacia la mitad de la
novela cuando realmente te empieza a atrapar a medida que van apareciendo
personajes y se va complicando la situación. Se plantean situaciones
verdaderamente absurdas y disparatadas, contadas con mucha ironía
y mucho humor, pero
que nos plantean cuestiones importantes de la vida, como la propia muerte, la
avaricia, la falta de valores, el vacío emocional, la soledad.
Tal vez, desde
mi punto de vista, hay un par de capítulos prescindibles porque no aportan nada
a la trama y sin embargo introducen personajes que luego no vuelven a aparecer,
creando un poco de confusión inicial y ralentizando la narración.
Siendo honesta tengo que mencionar algo que no
me ha gustado nada y que es una pena que haya ensombrecido la calidad literaria
de la obra, que para mí la tiene, y es el de la edición. La que yo he leído tiene
muchos errores sobre todo de acentuación, pero también de otro tipo. Según el autor, a mí me mandó una copia que no era la definitiva,
por lo que confío en que si adquirís el libro no os encontraréis con estos
fallos que desde luego a mí me molestan muchísimo. Sin embargo tengo que decir
que la portada me parece muy acorde con la historia, original y divertida.
La novela merece
la pena, está bien escrita (si obviamos los fallos que he mencionado), es
divertida e irónica y no deja de tener su parte de intriga, además
de situaciones fantásticas y disparatadas que desde luego te harán pasar muy
buenos ratos.
5 comentarios:
Pues pinta bien y el título es interesante...
He constatado que el humor es la única tabla de salvación "en las procelosas aguas de esta puta vida" Ja, ja, ja.
A ver si encuentro tiempo y me paso por el blog de Ricardo Roces. Por cierto, me encanta la portada del libro, felicidades al diseñador o diseñadora.
Un abrazo.
Es verdad Esther, tú también sabes cómo utilizar el humor como arma para la lucha diaria!
Gracias por visitarme y comentar!
Un beso
La literatura de humor escasea como el agua en el desierto, y la de calidad ni te cuento. Se nota por tu reseña que te has divertido leyendo. Oportuno también tirón de orejas (ojalá la versión en papel esté más cuidada).
Un abrazo.
Igual que tú,no leo habitualmente género de humor, pero quizá le dé una oportunidad, si, como dices, merece la pena.
Nauthiz
La diseñadora de la portada es la maravillosa pintora (y amiga) Adriana González
https://ricardoroces.wordpress.com/2016/12/05/la-creacion-de-la-portada/
El humor es lo único que nos queda cuando nada nos queda.
Un saludo
Ricardo Roces
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