TÍTULO:
EL FUEGO INVISIBLE
AUTOR:
JAVIER SIERRA
EDITORIAL:
PLANETA
AÑO
DE PUBLICACIÓN: 2017
GÉNERO:
MISTERIO
RESUMEN:
“David Salas es un estudiante recién
doctorado en el Trinity College (Dublín), que pasa sus vacaciones en su Madrid
natal. Allí se encuentra con una escritora amiga de su abuelo fallecido,
Victoria Goodman, y con su misteriosa ayudante. Se inicia así una misteriosa
investigación sobre la muerte de uno de los alumnos de Lady Goodman y la
extraña búsqueda literaria del resto de sus alumnos tras el santo grial y la
verdad sobre la muerte de su compañero. Tendrán que recorrer distintos lugares
de España para descubrir la verdad.”
OPINIÓN
PERSONAL:
He leído varios libros de Javier Sierra y
de los dos que recuerdo tengo una buena sensación y sé que me gustaron mucho,
aunque ahora no recuerde bien la trama de ninguno de ellos. Uno fue La cena secreta (2004) y otro La dama
azul (1998), por eso, cuando me enteré de que había sido el ganador del
Premio Planeta me entusiasmé y en cuanto pude compré el libro y se lo regalé a
mi madre, que lo sigue en Cuarto Milenio y también ha leído sus libros,
con la intención de leerlo yo después.
Mi madre, que solo tiene los estudios
básicos de su época (leer, escribir y la regla de tres), es una lectora
empedernida, que lee todo lo que cae en sus manos incluso dos veces (como las
trilogías de Santiago Posteguillo), me dijo cuando lo acabó que no le había
entusiasmado, aunque a lo mejor yo le sacaba más fuste. Le tengo que dar toda
la razón. Se me ha hecho un poco aburrido y pesado, con demasiados datos y
especificaciones sobre el arte románico que hacen la trama lenta y tediosa. Hay momentos en que parece que la acción y la
intriga van a acabar por dominar la novela y eso es lo que me hizo seguir un poquito
más a ver si acababa de cuajar, pero no fue hasta más o menos la página 300
(tiene 480) cuando logró captar verdaderamente mi atención.
Es posible que yo no tenga el nivel cultural
adecuado para saber apreciar la calidad o la importancia de los temas sobre los
que en realidad gira la novela: la inspiración literaria, el arte románico, la
simbología, el esoterismo y la búsqueda del grial como vía del conocimiento y
no como la copa que fue usada por Jesús en la última cena, pero mi modesta
opinión es que a pesar de tener los elementos necesarios para hacer una obra
llena de intriga y misterio, el autor no consigue mantener el ritmo que yo
esperaba, intercalando demasiados pasajes que se hacen soporíferos.
Entiendo, sin embargo, que precisamente lo
que a mí no me gusta, puede que a otros lectores les pueda fascinar, pues a su
favor debo decir que nos muestra otro punto de vista de sitios tan conocidos
como el parque del Retiro de Madrid, el Jardín del Recuerdo de Dublín, el
parque de Montjuic de Barcelona, así como una gran descripción de iglesias y
museos dedicados al Románico de Valencia y Huesca. Son interesantes también las curiosidades y
relaciones entre artistas tan conocidos
como Valle Inclán, Mark Twain, Yeats, Mozart, Mendelssohn, Wagner y otros
representantes de la cultura y la música.
Sin duda el libro está muy bien escrito y
documentado, las descripciones son fantásticas, complementadas por estupendos
grabados y mapas y el lenguaje utilizado es de una gran riqueza, pero a mí me
ha resultado difícil de terminar.
2 comentarios:
Cuando te documentas para una novela, es imposible no entusiasmarte con todo lo que encuentras, y difícil "hacer recortes" para evitar que los lectores se desvíen de la trama. Como bien dices, habrá lectores que, con sus amplios conocimientos sobre Historia del Arte, disfrutarán de la lectura de este libro, y otros, que nos quedaremos solo con la ficción. Creo que lo más importante de cualquier novela es que esté bien escrita, lo demás es cuestión de gustos.
Un abrazo.
Por muy bien documentada que esté una novela, por muchas descripciones que se hagan con un lenguaje escogido, por mucho renombre que tenga un escritor... yo siempre iré donde me lleve la emoción. Y Javier Sierra no me emociona especialmente. Si tú dices que te ha enganchado en la página 300 (oh my god, qué paciencia), que te ha resultado difícil de terminar... no me la leo ni harto de vino (y te lo dice un licenciado en filología, por aquello del nivel cultural).
Un abrazo.
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