Este jueves nuestra conductora es Lucía que nos anima a escribir en su blog "Sintiendo en la piel" sobre los efectos de la primavera. Si quieres leer todos los relatos participantes puedes pinchar AQUÍ
Aquella fue la última primavera. Ahora, que
con cada bocanada que inhalaba, su garganta se quemaba un poco más con
el aire caliente, daría su vida por padecer de nuevo los molestos síntomas que siempre la habían
puesto de mal humor: los constantes estornudos encadenados, la tos seca que
apenas la dejaba dormir por las noches, los ojos lagrimeantes a todas horas, la
nariz casi despellejada por el constante hilillo de agua que destilaba, la
sensación de ahogo, el cansancio extremo que casi no le permitía levantarse del sofá…
Todo se había agostado aquel verano que se
había intensificado hasta convertir medio mundo en un secarral con temperaturas
superiores a los cincuenta grados. Los incendios, imposibles de controlar,
habían transformado el paisaje en inmensos campos de cenizas. Los árboles no
volvieron a brotar, ni los insectos volvieron
a revolotear por las flores porque estas tampoco habían vuelto a nacer,
ni el polen había vuelto a flotar en el aire. El verano se había instalado para
siempre. La mitad del mundo se había
quedado con la escasa agua potable o la tecnología necesaria para desalar la
del mar, mientras la otra mitad se moría de sed intentando traspasar las
fronteras levantadas entre el desierto y los escasos oasis aún existentes en el norte del planeta.
Antes de morir por el disparo del soldado
situado en la torre del muro, Elisa imaginó que un chaparrón intempestivo del
mes de abril, limpiaba con su frescor el polvo y las cenizas acumuladas en su
deshidratado cuerpo.
22 comentarios:
Una historia apocaliptica en que la violencia se suma a un desastre ambiental.
Brillante.
Besos.
Un relato duro, como muchas trazas de realidad.
Besos
A veces pensamos que nunca llegaremos a desear algo de lo que hemos protestado hasta la saciedad. Pues sí, se puede desear.
Una visión del futuro que no escapa de la posibilidad de ser real..llegará el día en que el petroleo pasará a ser algo obsoleto, y sea el agua la principal energía y entonces, los que ahora son dueños del mundo, desearan haber mantenido en buen estado sus áreas verdes...sus lagos y ríos...desearán haber disfrutado mas de sus primaveras y menos de sus lujos....
Una historia que hace reflexionar...bss
Ese es el escondido quinto jinete del apocalipsis. Ya enjaezado y con las herraduras dispuestas, por la cerrazón y las ansias de aquellos que se ciscan cada día en la naturaleza y solo atienden los imperativos de su faltriquera.
Muy buen relato. Para pensar... y actuar.
Un beso.
Un relato visionario de ficción que nos lleva a reflexionar sobre el tema apocalíptico. Lo horroroso que deberá ser el no poder disfrutar más nunca - aunque para algunos sea molestosa - de bellas primaveras.
Beso
Desde luego prefiero la primavera que no esto; aunque tal como vamos, nunca se sabe.
Un abrazo
Enhorabuena ! Tu relato es más real de lo que pensamos,poco a poco nos vamos convirtiendo en seres a los que solo les hace felices la pasta y el poder.
El agua, a la que no le damos el sitio que merece, un día se unirá a la maltratada y yerma Naturaleza. Quizá entonces sea tarde para darnos cuenta del mal que llevamos haciendole a nuestro planeta.
Pensando en tus palabras me voy a visitar a otro juevero, para seguir aprendiendo entre vosotros.
Abrazos querida amiga.
Una imagen muy real llevada a un entorno ficticio. Buen y duro relato.
Un saludo.
Terrible apocalipsis futurista desarrollado en lo que debía ser la más bonita estación del año.
Un abrazo
Tan real que provoca escalofrío, excelente relato, Charo
Un beso
Desde luego es un relato desgarrador y lo peor de todo que puede ser real.
Un abrazo.
Supongo que muchas veces somos incorformistas, quejicosos y malcriados. Como dice un proverbio oriental, "no se le puede escupir al cielo", y si lo intentas, y lo consigues, prepárate para asumir las consecuencias.
Un abrazo y gracias por esta perspectiva; conviene no olvidar.
Nos quejamos de vicio que digo yo. Todo nos parece bien mientras lo tenemos sin preocuparnos de más. Y cuando no se tiene, nos lamentamos... Pero. ¿hicimos algo pro conservarlo?
Un beso muy grande.
Futuro triste, desolador...
...posible
Nauthiz
Es un hecho constatado que los desiertos avanzan en la misma medida que las fértiles tierras desaparecen. Por tanto, nos has dibujado un panorama apocalíptico que se me antoja premonitorio de lo que está por venir.
Un fuerte abrazo.
Parece que el futuro ambiental no pinta muy bien. Se me ocurre que todos plantemos árboles, velemos por la protección de la diversidad biológica, ahorremos agua, nos hagamos socios de alguna ong... Y tal vez evitemos algo. Buena premonición Charo.
Besos
Vaya sensación de desazón y de sed que me has dejado en el alma. Ya se que es una posibilidad no muy remota, que cada vez se van perdiendo mas las cazacteristicas estacionales. Yo odiaba el invierno hasta que un año vivi en un pais masdel tropico y recuerdo que se me saltaban las lagrimas cuando pensaba en la nieve. Algo así como tu protagonista aunque es mucho mas aterrador el futuro que describes. Abrazos.
Cómo espero que estas visiones catastróficas del futuro sean equivocadas!!
Un beso.
Un futuro desolador, sobre todo porque primavera es sinónimo de alergias. Pero yo prefiero quedarme con las alegrías.
Un abrazo.
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