jueves, 6 de marzo de 2014

ESTE JUEVES...MASCOTAS



MAS MASCOTAS NO MAMÀ, POR FAVOR


   Nunca hemos tenido suerte con las mascotas. Cuando mi hijo tenía cuatro años mi madre le regaló un canario de color naranja, precioso, y a mi hijo de encantaba pero a mi, la verdad, no me gustaba demasiado.
   Un día cuando se fue al pueblo con su padre, el pajarito amaneció muerto en su jaula. A mí me dio un poco de pena, la verdad, pero lo tiré a la basura y asunto terminado.”No sabes lo que ha pasado, le dije a mi hijo cuando llamó por teléfono: me olvidé  de cerrar la puerta de la jaula de Paco, que así se llamaba el pajarito, y se escapó”. Le dio un poco de pena, pero le dije que estaría mejor libre volando con sus amigos y se quedó conforme.
   A los pocos meses, mi abuela, que también tenía otro pajarito, murió. A mi hijo y a mi madre se les ocurrió la feliz idea de que su pajarito nos lo quedáramos nosotros. A mi seguía sin hacerme  mucha gracia el pajarito pero al final cedí otra vez. Este se llamaba Kiko.
   Un día soleado de primavera, decidí sacar la jaula de Kiko con su pie al balcón, con tan mala suerte que de repente vino una fuerte ráfaga de viento y jaula y pie cayeron por el balcón a la calle. Bajé inmediatamente a la calle y me lo encontré todo desparramado, con tan mala suerte otra vez, de que la jaula cayó encima de la patita de Kiko y se la rompió. Lo llevamos enseguida a un veterinario de urgencia que le puso una especie de escayola. ¡Pobre pajarito, qué pena daba con su patita tiesa! pero al final conseguimos sacarlo adelante y la patita se le curó. Pasaba el tiempo y al niño cada vez le daba mas pereza limpiar la jaula del pajarito y cada vez le hacía menos gracia así que decidimos dárselo a mi madre para que le hiciera compañía al suyo.
   Yo pensé que ya se habían acabado las mascotas, pero de repente al niño le empezaron a gustar los hamsters. A mí también me gustaban esos ratoncitos tan pequeñitos y con esas caritas tan graciosas así que  aquellas navidades los reyes le trajeron a mi hijo dos hamsters Roborowski en una jaula preciosa. Uno tenía cara de malo, así que le pusimos de nombre Malasombra, y al otro José Luis. La vendedora de la tienda me aseguró que no mordían y que no había ningún problema en ponerlos a los dos en la misma jaula. Nada más lejos de la realidad. En cuanto mi hijo cogió a Malasombra, le pegó un mordisco en el dedo y no quiso saber nada más de él. José Luis no mordía pero le gustaba escaparse de vez en cuando por entre los barrotes de la jaula con lo cual teníamos que estar siempre a la caza y captura del ratoncito por toda la casa. Al principio nos hacía mucha gracia pero al final ya nos cansaba un poquito estar todo el día detrás de él. Para colmo, un día cuando me levanté por la mañana me encontré a José Luis con toda la parte de atrás ensangrentada porque Malasombra le había atacado. No nos quedó más remedio que comprar otra jaula para separarlos, y esta vez de plástico con agujeritos para que José Luis no se escapara. Ahora era doble trabajo para limpiar las jaulas todos los días y a mi hijo cada vez le costaba más hacerlo. Al final, conseguimos deshacernos de Malasombra dándoselo a mi sobrina, porque a ella no le mordía. Nos quedamos sólo con José Luis pero la verdad es que mi hijo cada vez le hacía menos caso y la que me ocupaba de él era yo. Al cabo de unos meses José Luis murió. A los dos nos dio pena pero la verdad es que nos quitamos un peso de encima. Mi hijo me dijo:”mamá, por favor, aunque te lo pida de rodillas nunca más me compres una mascota ¿vale?”...y así ha sido y así será.


19 comentarios:

LAO dijo...

A los animales les debemos un gran respeto y es muy cierto que muchas veces sufrimos con y por ellos. Creo por ejemplo que es un error regalar un animalito a un niño sin conocer su real motivación. A su vez tanto su familia y el chico tienen que estar lo mejor preparados posibles. Fue una gran idea tu tema de este jueves!! Muchos saludos!!

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Lograste que me agradaras más. Que mentira tan oportuna. Mejor que la realidad, hiciste bien.
Lo de los hamster es casi para los Simpsons.
Te luciste con tu propuesta.
Lamentablemente, esta semana no se me ocurrió nada. Me recuerda a Axxon, un sitio dedicado a la ciencia ficción, que tituló su editorial del numero de marzo como La musa esquiva.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

jajaja es que los animales se han hecho para estar libres en la naturaleza, ¿no te parece?
Un abrazo.

Tracy dijo...

¡Qué mala suerte has tenido con las mascotas ¿no?, te comprendo.

Maruja dijo...

Un animal en casa es una gran responsabilidad, feliz fin de semana.

Alberto V. dijo...

Bonita historia real. Yo ya ni me acuerdo de la cantidad de animalitos que he tenido, por cierto, nunca perros ni gatos, pero pájaros, lagartijas, peces, gusanos de seda, mi hermano trajo un escorpión, en fin, un zoo! Te felicito por la convocatoria!

Un beso

Juan Carlos Celorio dijo...

Esas mascotas son una tortura, he vivido con mis hijas varios dramones, Así que entiendo ese deseo de no tener más mascotas. Besos y felicidades por tu conducción juevera. Mi perrito me gustó, tendrá su lugar en mi blog.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Es lo que tiene, al final es una la que se ocupa de las mascotas, y dan mucha faena, en ese rato siempre podíamos estar haciendo otras cosas. Bueno, veo que eres un poco de mi cuerda, los animales bien,pero de lejos
Un abrazo

Cecy dijo...

Todo un aprendizaje que te ha dado por resultado, que ni de rodillas, has de traer una mascota.
jeje
Pobre que mala experiencia.

Un abrazo;)

Gaby* dijo...

Todo un tema el de tener animalitos a nuestro cuidado. Por lo general, y lo he aprendido desde la experiencia, los animalitos que tanto quieren tener los hijos, terminan siendo cuidados por la mamá. Por eso Lucky, que es en realidad el perro de Jimena, me ha calado tan hondo, pues yo soy quien está pendiente de sus cosas la mayoría del tiempo. Bueno... en tu caso, las experiencias llevaron a tomar una decisión determinante y con todas sus razones.
Una historia que nos deja para reflexionar, sobre todo a las mamis que aún no le han concedido el gusto a sus hijos cuando imploran por una mascota!
Gracias Charo por el recibimiento!
Besos Gaby*
Lo que mencionabas en la presentación de la propuesta de tu perro Bowie... me encantó! Es que amé a Bowie y hoy es uno de esos tantos genios que admiro! Bien elegido el nombre para ese perro bello!

San dijo...

!Como te entiendo! al final las mascotas de los niños son para los papas, ellos casi siempre terminan desentendiendose, al menos este niño aprendió la lección.
Besos.

rosa_desastre dijo...

¡Que mala pata! Tus mascotas han durado poco y no han tenido tiempo de "engancharte" como nos pasa a muchos con nuestros animalillos de casa.
Un besazo

Lucía m.escribanoblogsport.com dijo...

La verdad es que para tener una mascota en casa la mama tiene que estar dispuesta a pasar por esos malos ratos, que aunque no suelen ser de tan mala suerte como te ha pasado a ti, al final quienes nos hacemos cargo de ellos somos nosotras. en mi caso mis hijos han jugado con ventaja, porque a mi me hacia mas ilusión que a ellos, y he disfrutado mucho de su compañía.
Besos gapa.

Lucía m.escribanoblogsport.com dijo...

Perdón jajajaaj Guapa...

Alfredo Cot dijo...

Complicado, siempre que hay concesiones a la galería, se abre una relación que imprevisibles consecuencias... pasa con las personas, a deferencia que a estas no las puedes tirar al cubo de la basura... (bueno, creo yo)
Tema delicado este de los animalitos, yo nunca he encendido esa mecha, es posible que me esté perdiendo algo, pero lo prefiero.
Tu relato es un diario que llama la atención, y del que algo se puede aprender.
Besos

Fabián Madrid dijo...

Vidas paralelas de animales, con los que también se sufre.
Un beso.

Anónimo dijo...

Charo, mi hija es una enamorada de los animales. Pues bien, siempre me pidió una mascota y siempre me negué porque sé que la condición natural de los adolescentes es evadirse de las tareas rutinarias que entraña cuidar a un animal. Al final esa tarea recae en los padres y sinceramente, nunca me sentí capacitado para darle todas mis atenciones, así que por responsabilidad nunca hubo una mascota en casa. Mi familiia numerosa me hubiera mermado facultades para esa tarea. Ahora, ya casada, tiene dos preciosos gatos, es feliz con ellos y yo más feliz aún de que lo sea.
Un abrazo.

Toni dijo...

Jajaja Feliz el niño y feliz la mamá, por partida doble.

Un beso!

Loquita Diplomada dijo...

Tener mascotas implica mucha responsabilidad y asumo que a veces me cuesta atender a todas sus necesidades, por lo que la tarea de cuidarlos siempre es compartida con mamà. Claro, si ambos decidieron no tener màs es porque las expriencias vividas no fueron muy afortunadas.
Me gustò el nombre del hamster Malasombra jajaja, muy original!
Un beso y muy linda la propuesta!