miércoles, 4 de septiembre de 2013

ESTE JUEVES.....EL OLVIDO



   Hacía tiempo que tenía lagunas en su memoria, principio de demencia senil, le habían diagnosticado. Resultaba muy duro para él que siempre había presumido de su excelente capacidad para recordar momentos, fechas y números de los que nadie más se acordaba. En sus momentos de lucidez, cada vez menos numerosos, intentaba escribir un diario de los acontecimientos de su vida.

   Anotó cuándo y cómo conoció a Isabel, su amada esposa, que lo había abandonado hacía un par de años obligada por un cáncer fulminante. Por deseo del destino no habían tenido hijos, un hecho triste que había ensombrecido su matrimonio hasta el punto de haber sumido a Isabel en una eterna melancolía. Había aceptado la invitación de su hermana Luisa, también sola, de irse a vivir con ella a Londres hasta que la enfermedad lo obligara a ingresar en una residencia. Le gustaba pasear por el Puente del Milenio y se pasaba las horas muertas mirando los barcos que surcaban el Támesis. Fue en uno de estos paseos, al observar los candados que los jóvenes colgaban en los cables del puente, donde uno le llamó poderosamente la atención, no por los nombres sino por los dos corazones unidos. Un fogonazo se infiltró con nitidez en su cabeza. La espera en una clínica abortista, la inmensa tristeza y desolación en sus jóvenes rostros, sus manos colocando el candado que sellaría su amor para siempre e impediría que se perdiera en el olvido. Ahora lo recordaba, había sido aquel aborto mal practicado en su juventud lo que había impedido a su esposa tener hijos. Un inmenso dolor traspasó su corazón al recordar este hecho que decidió no anotar en el diario, confiando en que permaneciera siempre en el olvido, de donde nunca debió salir.



                                                

26 comentarios:

Tracy dijo...

Pues sí a veces es mejor no recordar.

censurasigloXXI dijo...

En ese caso le venía muy bien el recurso del olvido. Pero la memoria nos juega malas pasadas apareciendo a doler cuando no la llamamos, amiga Charo.

Muy buen relato.

Ah, olvidé decirte que ya había publicado ayer. Un besito y un cafelito.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Hay cosas que deseariamos olvidar y por desgracia siempre está ahí y otras entran en el pozo del olvido.Fue buena idea lo del diario.
Precioso tema esta semana
Un abrazo

Montserrat Sala dijo...

Todos cometemos errores en la vida, pero hay algunos que nos dejan huella perenne y que es imposible olvidar. Bonita entrada Charo. Recibe un fuerte abrazo.

&& dijo...

Tremendamente triste tu relato, muy triste. Vamos, que intentas meterte en la piel del protagonista y es para desear tirarte al Támesis y acabar con tanto sufrimiento. Por lo demás, está tan bien narrado tu relato que la pena del protagonista se hace muy palpable. Enhorabuena.

Un beso

LAO dijo...

un relato muy real el tuyo,.Hay cosas imposibles de borrar Charo. Saludos....

Leonor dijo...

Así son los recuerdos que acuden para hacernos sufrir y otras veces queremos evocarlos y se niegan a emerger.

Besos.

Charo dijo...

Gracias Lao. No consigo enlazar tu relato, ni siquiera verlo, no se qué problema hay. Intenta mandarme el enlace otra vez (el que me mandaste me dice que no existe).Lo siento mucho.

tereoteo dijo...

Tienes mucha razón... hay cosas que sería mejor no recordar nunca y esa es una experiencia muy dura.
Enhorabuena por tu jueves guapa!!
Besos!

Juan Carlos Celorio dijo...

¡Caramba! Un recuerdo amargo el que le llegó al ver los candados. Una duda ¿ya sabía que esa había sido la causa o lo dedujo al recordar aquello?
En todo caso, triste relato y esa paradoja de tener un recuerdo que borrar cuando se están borrando los recuerdos.
Besos.

Encarni dijo...

A veces estos olvidos son autoengaños para seguir viviendo. Pero en estas cuestiones es mejor perdonarse a uno mismo por los errores. Triste y meláncolico el relato, pero me ha gustado.

Un beso

Charo dijo...

Ya sabía que esa había sido la causa pero su mente decidió olvidarlo hasta que el recuerdo se infiltró con la imagen del candado.La vida es muy paradójica a veces!

Alberto V. dijo...

Un recuerdo que fue tan traumático que quedó escondido en lo más recóndito de su memoria. El candado le iluminó por un momento y le trajo el por qué de su melancolía, y de su amada pareja. Buen relato Charo. Besis besis

Maria Liberona dijo...

vaya que los recuerdos verdaderamente matan aunque digamos que se han de olvidar...

Maria Liberona dijo...

vaya que los recuerdos verdaderamente matan aunque digamos que se han de olvidar...

Anónimo dijo...

Hay recuerdos q deberían quedar en ese oscuro cuarto q todos tenemos cerrado...
Buen relato hermana

Anónimo dijo...

Buenísimo relato, me encanta tu forma de escribir y de contar los acontecimientos, eres realmente buena

Anónimo dijo...

Buenísimo relato, me encanta tu forma de escribir y de contar los acontecimientos, eres realmente buena

rosa_desastre dijo...

Que hermoso tratar de hilvanar los recuerdos cuando ya la mente es como una red por donde se escapa lo vivido.
Un beso

Lupe dijo...

Lástima de paseo. No acabó muy bien...

Me ha gustado mucho la forma en que lo has relatado. Leído de tirón y haciendo sentir lo mismo que tu protagonista a lo largo de la historia. Muy buen trabajo.

Un abrazo.

Lupe

Sindel Avefénix dijo...

Que duros son tus relatos Charo, este en especial me pareció magnífico en su redacción y su desencadenamiento final.
Te felicito. Un beso enorme.

Alfredo dijo...

Original y curiosa circunstancia, de la que se deduce que la memoria es selectiva y recuerda aquello que quiere recordar, al margen de que esté o no escrita en un diario.
Muy bueno.
Besos

María José Moreno dijo...

He visto esos candados y he visto la culpa en las mujeres que han tenido que recurrir a esa practica, algo que solo s eolvida a base de dolor, de desesperación y de penar por vida. Precioso. Un beso y felicidades por tu conducción

Matices dijo...

Hay escondites en nuestra memoria donde guardamos lo que no queremos recordar por que el dolor es mayor de lo que se puede soportar... tal vez sea mejor que siga en el olvido, aunque puede que ya sea imposible,
Besos

casss dijo...

La memoria selecciona lo que quiere y nos pone las trampas a pura voluntad. Tu relato nos lleva por un derrotero amargo y duro, y nos envuelve en la historia con toda intención y buen resultado.

un fuerte abrazo. besos!!!

miralunas dijo...

ay, ay, ay! qué enorme tristeza se escapa de este relato que se empeña con los laberintos de la mente impecablemente.
tan impecablemente, digo.

besos