Este jueves Loquita Diplomada del blog ASÍ SOY YO nos propone que invitemos a un personaje que nos guste a nuestra casa. Yo he invitado a Julio Cortázar con un "axolotl" de su maravilloso relato del mismo nombre, uno de mis escritores y de mis relatos favoritos. Debo reconocer, y os pido disculpas por ello, que este relato fue uno de los primeros que publiqué en mi blog (con alguna modificación) aunque no en los "jueves". También os pido disculpas si es un poquito más largo de lo normal.He de decir también que tal vez no se entienda muy bien si no se ha leído el " Axolotl " de Cortázar.
La
miraba. De vez en cuando alzaba la mirada del libro que leía y la
miraba. Ella bajaba entonces sus ojos para volver a subirlos otra vez
tímidamente. Todos los lunes y jueves desde hacía un par de meses
este juego se repetía una y otra vez.
Sophie cogía el mismo tren todos los días laborables y siempre se sentaba en el último vagón, él subía en la siguiente estación y permanecía de pie frente a ella con el libro abierto. Mientras ella seguía hasta Gare de Lyon, él se bajaba en la estación Aubert.
El próximo día le mantendré la mirada, pensó Sophie. A los dos meses él se trasladó a vivir con ella a su apartamento.
Olivier estaba realizando su tesis doctoral sobre los cuentos de doble trama tomando como referente a Julio Cortázar.
Sophie adoraba a Olivier, y a menudo se preguntaba cómo había podido enamorarse de ella una persona tan inteligente como él. Si se lo hubiera preguntado a los amigos de Olivier, le hubieran dicho que en realidad no estaba enamorado de ella sino de su cuerpo, de su apartamento y de su dinero, ya que la única persona de la que él podría enamorarse sería de sí mismo. Pero esa es otra historia.
El primer año de convivencia todo fue bien. Sophie era la que llevaba el dinero a casa ya que Olivier dedicaba todo su tiempo y esfuerzo a preparar su tesis. Su relación empezó a cambiar a raíz de una visita al Jardín Botánico de París para ver el acuario de los axolotl.
-¿Sabías que Cortázar tenía un miedo cerval a estos animalitos y que escribió “Axolotl” como forma de exorcismo?, le dijo Olivier
Esa noche, antes de acostarse, Olivier le leyó el Axolotl explicándole punto por punto lo que ella no entendía. Sophie se quedó muy impresionada por lo ocurrido al protagonista y, cosa extraña en ella, continuó pensando en el cuento durante varios días.
El día en que Olivier dio por terminada su tesis, salió a celebrarlo con sus amigos. Al volver a casa muy de madrugada le apetecía culminar la noche haciendo el amor con Sophie que aunque al principio se mostró algo reacia, al final acabó sucumbiendo a sus deseos.
Cuando Olivier se quitó la ropa y se le puso encima notó que su cuerpo estaba húmedo y viscoso frente a la tibieza y suavidad del de ella. Algo muy frío y resbaladizo se introdujo dentro de su cuerpo a la vez que unas uñas finísimas le arañaban la espalda formando líneas rojas salpicadas con gotitas de sangre. Sophie, muerta de repulsión, intentó gritar pero una boca llena de numerosos dientecillos se lo impidió. Su horror llegó al paroxismo cuando lo que tenía encima abrió los ojos y se encontraron con los de ella. Ya no eran los ojos de Olivier, se habían transformado en ojos de oro, como los de los axolotl. Entonces sí gritó hasta desvanecerse en ese profundo grito.
No volvió a ver a Olivier nunca más, se había llevado todas sus cosas mientras ella dormía. Sophie no encontraba explicación para este abandono, pero si algo había aprendido de su breve convivencia con Olivier era que según Cortázar “lo fantástico sucede en condiciones muy comunes y normales”, por eso durante un tiempo visitó a menudo el acuario de los axolotl, por si acaso reconociera en ellos algún rasgo de su adorado Olivier.
Sophie cogía el mismo tren todos los días laborables y siempre se sentaba en el último vagón, él subía en la siguiente estación y permanecía de pie frente a ella con el libro abierto. Mientras ella seguía hasta Gare de Lyon, él se bajaba en la estación Aubert.
El próximo día le mantendré la mirada, pensó Sophie. A los dos meses él se trasladó a vivir con ella a su apartamento.
Olivier estaba realizando su tesis doctoral sobre los cuentos de doble trama tomando como referente a Julio Cortázar.
Sophie adoraba a Olivier, y a menudo se preguntaba cómo había podido enamorarse de ella una persona tan inteligente como él. Si se lo hubiera preguntado a los amigos de Olivier, le hubieran dicho que en realidad no estaba enamorado de ella sino de su cuerpo, de su apartamento y de su dinero, ya que la única persona de la que él podría enamorarse sería de sí mismo. Pero esa es otra historia.
El primer año de convivencia todo fue bien. Sophie era la que llevaba el dinero a casa ya que Olivier dedicaba todo su tiempo y esfuerzo a preparar su tesis. Su relación empezó a cambiar a raíz de una visita al Jardín Botánico de París para ver el acuario de los axolotl.
-¿Sabías que Cortázar tenía un miedo cerval a estos animalitos y que escribió “Axolotl” como forma de exorcismo?, le dijo Olivier
Esa noche, antes de acostarse, Olivier le leyó el Axolotl explicándole punto por punto lo que ella no entendía. Sophie se quedó muy impresionada por lo ocurrido al protagonista y, cosa extraña en ella, continuó pensando en el cuento durante varios días.
El día en que Olivier dio por terminada su tesis, salió a celebrarlo con sus amigos. Al volver a casa muy de madrugada le apetecía culminar la noche haciendo el amor con Sophie que aunque al principio se mostró algo reacia, al final acabó sucumbiendo a sus deseos.
Cuando Olivier se quitó la ropa y se le puso encima notó que su cuerpo estaba húmedo y viscoso frente a la tibieza y suavidad del de ella. Algo muy frío y resbaladizo se introdujo dentro de su cuerpo a la vez que unas uñas finísimas le arañaban la espalda formando líneas rojas salpicadas con gotitas de sangre. Sophie, muerta de repulsión, intentó gritar pero una boca llena de numerosos dientecillos se lo impidió. Su horror llegó al paroxismo cuando lo que tenía encima abrió los ojos y se encontraron con los de ella. Ya no eran los ojos de Olivier, se habían transformado en ojos de oro, como los de los axolotl. Entonces sí gritó hasta desvanecerse en ese profundo grito.
No volvió a ver a Olivier nunca más, se había llevado todas sus cosas mientras ella dormía. Sophie no encontraba explicación para este abandono, pero si algo había aprendido de su breve convivencia con Olivier era que según Cortázar “lo fantástico sucede en condiciones muy comunes y normales”, por eso durante un tiempo visitó a menudo el acuario de los axolotl, por si acaso reconociera en ellos algún rasgo de su adorado Olivier.
Fantástico tu relato. Confieso que aunque me gusta Cortázar, leí Rayuela y me encantó, no he leído ese cuento suyo, ni sabía de su existencia, ahora tras leerte a ti me han dado ganas de leerlo
ResponderEliminarTal vez sea que leí el cuento, pero entendí tu relato perfectamente. Creo que le diste un tono siniestro que el cuento de Cortazar insinúa.
ResponderEliminar¿Conoces el cuento Bruja? Ronda el concepto de demiurgo, incluso un par de veces aparece esa palabra.
Gracias Demiurgo, no conozco ese cuento ¿de quién es?
EliminarEs otro cuento de Cortazar, tal vez no tan conocido.
EliminarSi bien no leí el libro, te expresaste muy bien con tu relato y con estilo tenebroso. Era como si el se hubiera mimetizado con los axolotes y se hubiese producido una mórbida simbiosis de la pareja hacia ese extraño especimen de agua. Que por cierto por el feo aspecto que tienen, dan para esa fantasía. ¡Saludos Charo!
ResponderEliminarMe gustó tu relato y en mi caso es la primera vez que lo leo, por lo que agradezco que lo compartas otra vez. La historia me resultó inquietante, la metamorfosis que sufrió Oliver muestra que sin dudas, como dijo Cortazar “lo fantástico sucede en condiciones muy comunes y normales”. En cuanto a Sophie, la imagino buscándolo en los acuarios.
ResponderEliminarMuchas gracias por participar de este jueves! Un beso!
Relato inquietante y lleno de matices.
ResponderEliminarUn abrazo
No olvido cuando leo algo tan bueno, y fue un gusto volver a leerlo. ¿Ya te conté que amo a Córtazar y que gracias a su cuento durante una época tuve muchos axolots en casa?
ResponderEliminarMuy bueno Charo, merecía ser reeditado.
Un beso.
Buena excusa para volver a publicar este excelente cuento-homenaje.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta el relato es intrigante hasta el final. Un saludo.
ResponderEliminarMe gusta el relato es intrigante hasta el final. Un saludo.
ResponderEliminarMe gusta el relato es intrigante hasta el final. Un saludo.
ResponderEliminarQué buen recuerdo del texto de Cortázar! Y buena elaboración, pero yo a mi casa esos bichos no los traigo...
ResponderEliminarBesos
Buen aporte al cuento de Cortazar, lo llevaste hacia el lado más oscuro, aunque los bichossss...
ResponderEliminarAbrazos amiga.
Yo no he leído el cuento de Cortázar, pero me ha gustado mucho tu relato, es inquietante y me gusta especialmente el final. Un beso.
ResponderEliminarNo he leído mucho de este autor, no me cala salvo en determinadas épocas d ela vida y en muy pequeñas dosis; pero he de reconocer que tu relato tiene más miga que los suyos.
ResponderEliminarMuy bien. Un abrazo y tu café.
Recuerdo este relato (es que hay cosas que no se olvidan) desde allí, ya empecé a perfilar tu estilo. Tienes un modo de contar muy bueno, nos llevas a través de la historia, contagiando emociones y sentimientos. Ese instante íntimo, en que Sophie, comienza a evidenciar la mutación de su novio, no tiene desperdicio. Realmente genial Charo!
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
No conozco el cuento de Cortazar. Ahora sí conozco el tuyo y me ha encantado, Charo. Una transformación mimética algo espeluznante. No me extraño que ande por los acuarios para ver si encuentra rastro de sdu amante.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
No conozco el cuento pero tu relato es magnífico, muy bien narrado y con ese punto de intriga que te obliga a seguir leyendo. Yo no volvería a los acuarios.
ResponderEliminarBesos
Lo conocía, pero te vuelvo a comentar. Me ha gustado, pero de forma especial como se siente esa transformación de Olivier. El guiño final al axolotl muy bueno. Besos.
ResponderEliminarMe dio impresión, creo que esta noche me miraré con más cuidado a mi novio, a él le gustan bicharracos bastante desagradables, ¡no sea cosa que se me convierta en uno!. Me gusta Cortázar también, un gran inspirador.
ResponderEliminar¡Saludos!
Jo
Cabe interpretar un relato de muchas maneras, incluida la metarmofosis extrema si se parte de un texto rico y si se lee desde un particular e intensísimo, siniestro o mágico punto de vista.
ResponderEliminarMuy buena tu opción, me ha inquietado. Besitos.
Es fascinante la expectativa de un texto que tan lleno de ficción te paraliza hasta sacudirte. Será porque tal vez la ficción no lo es tanto.
ResponderEliminarMuy bueno, atractivo y original.
Besos
Me ha sorprendido el final. Me ha gustado el puntito de ficción, fantasia que tiene el relato.
ResponderEliminarBss.
Un placer en la que la ficción y la realidad se entremezclan con mucha dignidad. Besos.
ResponderEliminarNo conocía ese relato, pero el tuyo me ha gustado, llevas muy bien la trama hasta el final. Un besote
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