EL VIAJE DE L.E.L.O.
Después de la amarga experiencia de encontrarse a su mujer en la cama
con otro, L.E.L.O. (Luis Ernesto León Otero) optó por separarse de ella y
alquilar un piso en el centro de Móstoles. El piso estaba muy cerca de la
comisaría a la que había pedido el traslado y podría ir andando y ahorrarse el
transporte. Tenía una sola habitación, cocina americana, salón y un baño, pero
lo que más le gustaba era el inmenso armario empotrado de su habitación; era
tan grande que se podría considerar casi otra habitación pequeña.
Es la primera noche que
duerme en su casa. De madrugada se
despierta sintiendo un impulso irrefrenable
de entrar en el armario. Una vez dentro observa al fondo una pequeña puertecita en la que no
había reparado cuando realizó la primera
inspección. Vestido con su pijama de rayas azules abre la puerta y sube unas escaleras tan estrechas
que casi tiene que ponerse de lado. Al final de las escaleras percibe una luz
grisácea y plomiza. Sale al exterior y
una fina llovizna empieza a caerle encima. Nota algo pesado en la cabeza que al
tocarse resulta ser un casco alto y redondeado, lleva también un chubasquero
verde fosforito con bandas reflectantes que lo protege de la lluvia. Frente a
él, como si lo conociera de toda la vida, se encuentra un policía inglés (un bobby) que
lo saluda amigablemente. Se da cuenta, sorprendido, de que le está hablando en
inglés y que él le contesta en el mismo idioma, a pesar de que toda su vida ha
estudiado francés. Asombrado, observa a su alrededor. Hay una pequeña zona
ajardinada y al fondo un edificio que ha
visto multitud de veces en las noticias de la tele, el Parlamento Británico con
la gran torre del Big Ben al lado. Una marea humana se cruza en ambas
direcciones delante de la puerta enrejada. Algunos quieren hacerse fotos con
ellos para llevarse de recuerdo a su país. Si tuviera una cámara, también se
haría una foto pues él nunca ha estado en Londres, que es sin duda el lugar
donde se encuentra. Haría fotos a los numerosos autobuses de dos pisos y taxis decorados con diferentes colores que
se mezclan con las motos y las bicicletas en el tráfico caótico en una de las
zonas más transitadas de la ciudad. También le haría fotos a la hermosa
catedral que tiene enfrente y que según le acaba de decir a un turista que le
ha preguntado es la catedral de Westminster.
Tras varias horas de moverse bajo la lluvia de un lado a otro delante de
la puerta enrejada, otros dos bobbies vienen a hacerle el relevo. L.E.L.O. pasa
a la garita para firmar el cambio de guardia cuando ve las escaleras que
descienden. Sin mirar atrás las baja corriendo hasta llegar a la puerta de su
armario empotrado, que cruza a una velocidad de vértigo. Sale del armario y se
mira en el espejo. Está vestido con su pijama de rayas azules que está
completamente empapado. Mira el reloj, le quedan dos horas para empezar su
turno en la comisaría. Se cambia de pijama y se mete en la cama hasta que suene
el despertador.
Más viajes en THE DAILY PLANET´S
Muchas gracias por sumarte a la propuesta. Es un placer compartir tu viaje.
ResponderEliminarsaludos
Un viaje alucinante. Me recordó a Narnia y sus crónicas. Recién estrenadito el encuentro me voy a ver si tengo un piyamas a rayas azules... ;)
ResponderEliminarLa historia me encantó!!!
un fuerte abrazo
Parece que me leyeras el pensamiento, algo que podría preocuparme, porque tengo ese tipo de sueños.
ResponderEliminarInteresante, muy bien explicado y has sabido llevar el suspense hasta el momento final.
ResponderEliminarUn placer leerte, amiga Casss.
Hoal Charo: Disculpa que te he confundido con nuestra amiga Casss. Asi que el comentario es para tí enterito. Gracais111
ResponderEliminarBonito el cuento y la forma de viajar de L.E.L.O.. Saludos.
ResponderEliminarMe recuerda a algo la historia del armario. En este caso se cansó de lo lindo el pobre, no le dio tiempo a ver mucho de Londres.
ResponderEliminarUn abrazo
Este L.E.L.O. ya me va resultando de la familia. Y mira que menuda "salida del armario". Bien por mi querido L.E.L.O., que se hace internacional. Besos.
ResponderEliminarSeguro que está deseando que vuelva la noche para hacer otro alucinante viaje, si sabes dónde se venden, me pides uno de esos armarios jejeje. Besote
ResponderEliminarUn mundo paralelo tras el ropero, por cualquier cosa no me voy a meter dentro del mío.
ResponderEliminarMe gustó tu historia es original y divertida.
Un abrazo.
Pues ya me gustaria a mi un armario de esos, pero creo que en IKEA no los tienen. !Que le vamos a hacer!
ResponderEliminarMe gusto este viaje, escalera arriba, escalera abajo.
Besos.
Yo siempre me aseguro de que las puertas del armario estén bien cerradas antes de acostarme... Quizá pruebe esta noche a dejarlas encajadas, a ver si hay algún postigo secreto por algún lado...
ResponderEliminarUn placer leerte. Creo que todos hemos acompañado a L.E.L.O. en su paseo nocturno... Todo es posible en los sueños...
Alucinante paseo nocturno. nada menos que a Londres, tendré que encontrar un armario con puerta secreta.
ResponderEliminarBesos.
qué tan original aventura onírica, Charo!
ResponderEliminarla he vuelto a leer y ne ha encantado!
saludos
Siempre pensé que fue un sueño, pero ahora con la certeza de que también le pasara a LELO, me tranquiliza pensar que no lo fue y que efectivamente fue tal cual.
ResponderEliminarTodo, la torre, el Bobby, la catedral, incluso algo de lluvia, han dado realidad a aquel imaginario viaje.
Besos
Hola Charo, parece que va como la seda esa serie de aventuras de L.E.L.O. Espero que sigamos disfrutándolas durante mucho tiempo. La metáfora de la escalera que sube a Londres y después le baja a la realidad me ha gustado mucho. De algún modo, parece que "vuela por Londres". Un abrazo.
ResponderEliminarHay quienes prefieren que las puertas de ese tipo de mobiliario sigan siempre cerradas.
ResponderEliminar=)
marravilloso
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