Este jueves, Inma, en su blog Molí del Canyer, nos invita a escribir sobre una tempestad. Podéis leer todos los relatos participantes pinchando Aquí
Algunas
veces mamá me encerraba en el armario de mi habitación. No es que yo hubiera
sido desobediente o no hubiera hecho los deberes, o hubiera tirado el tazón de
leche del desayuno, no. Mamá me encerraba en el armario de mi habitación cuando
iba a haber tormenta. Según ella, las tormentas eran muy peligrosas para los niños y lo mejor de todo era encerrarse en un sitio
calentito y esperar.
Yo no entendía por qué mamá sabía cuándo
iba a haber tormenta si yo no veía que hubiese nubes oscuras, ni truenos, ni
relámpagos. A veces hacía un sol espléndido, pero cuando mamá veía
venir a papá por el camino de entrada a la casa, se ponía muy nerviosa, me
llevaba al armario de la habitación y me decía que me quedara allí hasta que
pasara la tempestad. Yo obedecía sin rechistar porque quería mucho a mamá, pero
a veces también obedecía porque no quería que papá me viera. Creo que a él las tormentas tampoco le gustaban porque se
enfadaba mucho, le daba muchas voces a mamá y le decía cosas muy feas. Una vez,
a través de la rejilla del armario, lo vi entrar en mi habitación dando un
portazo, con la cara muy roja y gritando que dónde estaba el bastardo. Yo no entendía nada, pero me metí más adentro
del armario y no me encontró. A veces, pasaba mucho tiempo hasta que mamá venía
a decirme que la tormenta ya había pasado y me quedaba dormido. Creo que a ella también le daba un poquito de
miedo de las tormentas porque cuando me sacaba del armario me abrazaba muy
fuerte y yo notaba que todavía estaba temblando y que había llorado.
Hay tormentas que duelen en el alma.
ResponderEliminarBien narrado, Charo.
Un abrazo.
Terribles tormentas. Y además la madre del personaje fue castigada sólo por defenderse.
ResponderEliminarCuanto cuenta el protagonista, sin siquiera saberlo.
Bien contado y acorde a este jueves.
Un abrazo.
tremendo!!! y pensar que eso puede ser realidad...
ResponderEliminarHay que acabar con esa lacra y sus daños colaterales.
Hemos tenido la misma idea de tempestad ambos. La vida no es justa cuando alguien lleva sufriendo tempestades milenios y acaba encerrado.
ResponderEliminarUn saludo.
Madre mía qué bonita manera de narrar algo tan duro como lo que has escrito , Chato, te admiro por ello y me quito él sombrero.
ResponderEliminarTerrible que puedan pasar estas cosas porque aunque es un relato, esto por desgracia sucede en la vida real.
Me ha encantado tu relato .
Un beso bien grande .
Madre mía qué bonita manera de narrar algo tan duro como lo que has escrito , Chato, te admiro por ello y me quito él sombrero.
ResponderEliminarTerrible que puedan pasar estas cosas porque aunque es un relato, esto por desgracia sucede en la vida real.
Me ha encantado tu relato .
Un beso bien grande .
Hay tormentas que suelen poner las cosas en su sitio, pero en este caso, aparte de llevarse por delante a un mal nacido, no ha sido justa con quien ha venido soportándolas estoicamente y ahora paga por poner fin a sus miedos.
ResponderEliminarBrillante relato.
Un beso.
Hay tormentas que arrasan con todo a su paso y sobretodo con la fragilidad de las personas que ven como su vida va por un camino de miedo y dolor.
ResponderEliminarBesos
Sois varias ya las que os habéis inspirado en las tempestades del maltrato a la mujer. Nunca habrán bastantes voces para denunciar algo inconcebible en las tiempos que vivimos. Ese poder que se otorgan esos energúmenos para destrozar la vida de los que deberían ser sus seres más queridos. Una vergüenza social.
ResponderEliminarUn beso Charo.
Una historia muy triste que se repite con demasiada frecuencia y hay veces que la mujer no puede más y antes que la humillen más acaba con la vida del maltratador.
ResponderEliminarUn abrazo
Una historia muy triste en una noche de tormenta.
ResponderEliminarUna historia muy triste en una noche de tormenta.
ResponderEliminarEsas tormentas que van destrozando el alma, demasiados casos, demasiadas veces...Lo explicas desde los ojos de la inocencia lo que hace que te llegue mas adentro. Besos.
ResponderEliminarEsas tormentas que van destrozando el alma, demasiados casos, demasiadas veces...Lo explicas desde los ojos de la inocencia lo que hace que te llegue mas adentro. Besos.
ResponderEliminarQue terrible y real que Ella, que ha enfrentado a la tormenta, deba estar encerrada...
ResponderEliminarUn beso.
La visión inocente de un niño de un drama tan terrible...me recordó a la película de " La vida es bella"
ResponderEliminarUn relato brillante.
Nauthiz
Un relato estremecedor contado con inocencia infantil, que es lo que lo hace tan interesante.
ResponderEliminarTriste, espantoso, pero muy real.
Ha sido un placer leerlo.
Saludos
Un relato estremecedor contado con inocencia infantil, que es lo que lo hace tan interesante.
ResponderEliminarTriste, espantoso, pero muy real.
Ha sido un placer leerlo.
Saludos
Has narrado con crudeza la situación espantosa que tantos niños y mujeres deben enfrentar. Muy duro relato.
ResponderEliminarUn abrazo
Si, hemos coincidido en medio de la tempestad, ojalá nuestro grito sirviera para parar la barbarie.
ResponderEliminarBesos
La belleza del texto es proporcional a la dureza de la narración.
ResponderEliminarSolo puedo decirte eso.
Un beso enorme.
Cuando hay muchas tormentas, no queda otra que enfrentarse a ellas. El armario era su castillo, en cierta medida. Es un texto que me ha gustado, aunque en ocasiones sentí esa tormenta cerca de mí. Un beso.
ResponderEliminarTanta sencillez a la hora de contar una historia me parece lo más difícil de lograr, pero es que además transmites tanto con tan pocas palabras que me quito el sombrero.
ResponderEliminarUn abrazo.