Esta semana nos convoca Carmen Andújar del blog Mezclando Arte y nos pregunta que cómo creemos que somos de solidarios los humanos. Tal vez parezca que mi relato no tiene mucho que ver con lo que pregunta, pero yo creo que la solidaridad empieza intentando ponerse en el lugar del otro y viendo qué podemos hacer para que se sienta mejor.
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Nunca, por muchos años que llevara haciendo
lo mismo, conseguiría quitarse la sensación de angustia en la boca del
estómago, las palpitaciones de su corazón desbocado, el sudor frío de sus
manos. Solo una gran fuerza de voluntad y el convencimiento de que era
necesario, lo obligaban a comparecer ante cientos de personas en la Conferencia
Mundial de la Solidaridad. Como presidente de la organización más importante
del mundo, era su deber pronunciar el discurso de apertura.
Respiró hondo y comenzó. Sentía todas las
miradas fijas en él y una gota de sudor comenzó a deslizarse por su sien
derecha. Los periodistas de los medios nacionales e internacionales apuntaban
hacia él sus objetivos.
Un
cosquilleo empezó a formarse en su nariz. No pudo evitarlo. El estornudo
salió disparado junto con su dentadura postiza que fue a caer en el centro de
la mesa. En una milésima de segundo vio la secuencia repetida hasta la saciedad
en todas las televisiones del mundo, en las redes sociales, en los periódicos.
El ridículo más grande de toda su vida. Se paralizó.
Algo sucedió entonces. Casi todos los
compañeros de su edad, pertenecientes a otras organizaciones no
gubernamentales, se quitaron las dentaduras y las dejaron encima de la mesa.
Muchas de las personas asistentes se levantaron y unieron sus dientes a los
demás mientras el resto de la sala
rompía el silencio con un gran aplauso.
No se publicó ninguna foto, ningún vídeo ni
ningún comentario sobre el incidente. La conferencia fue un gran éxito y a
partir de ese momento la solidaridad se extendió a todos los ámbitos de la
vida.
Está muy bien, y claro que tiene que ver con el tema. Has sido muy original, y aquí la solidaridad fue preciosa, lo importante, lo que salió a la palestra y lo anecdótico no. Y todos quitándose la dentadura sería algo digno de ver, eso si que fue solidaridad.
ResponderEliminarGracias por participar.
Un abrazo
Precioso!!! Super original :)
ResponderEliminarUn beso grande.
Dieron un ejemplo de aquello que promovían. Bien pensado tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bueno el relato y bien expresado. Feliz fin de semana.
ResponderEliminarjajaja te felicito por el cariz humorístico que le diste al tema. Pese a ello, el relato no ha dejado de tener su rol de moraleja, todo lo contrario, ha logrado graficarla con muchos detalles.
ResponderEliminarUn abrazo
Excelente muestra de solidaridad!
ResponderEliminarLa ayuda afectiva, espiritual y moral deben atender con la misma magnitud a las personas que tenemos a nuestro alrededor.
Beso
Hola Charo: hoy te cuento otra muestra de solidaridad parecida a la tuya y que simpre contaba mi madre. Una sirviente de una gran señora que acompañaba a su ama, en un acto social muy relevante, se le escapó un pedo, y la criada que estaba a su lado di
ResponderEliminarjo enseguida: perdon señores, se me ha escapado. Librando así a la mujer del bochorno ante sus invitados. Ilustrativo. ¿verdad?.
Un saludo
Original enfoque sobre la solidaridad pero no por eso menos ilustrativo. Una buena visión sobre lo que debe implicar la solidaridad que no es otra que una toma de posicion clara en cada momento con el más débil, con el que más necesita del apoyo de los demás.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Mi primer impulso fue reírme al imaginar la escena de "el salto de la dentadura" pero después da que pensar el relato,....desde luego solidaridad dolorosa y sincera...no sé cuanta gente seria capaz de un acto así, pero es bonito pensar que pueda existir esa generosidad en el mundo..
ResponderEliminarNauthiz
Buenos días, Charo:
ResponderEliminarMe gusta el tono positivo de tu relato y ese llevar lo solidario a acciones tan simples como no burlarse de un infortunio cotidiano.
Normalmente, nuestra disposición desprendida se activa ante las grandes tragedias; pero muchos somos egoistas y crueles con las personas necesitadas con las que nos encontramos a diario. además el hacer burla del débil es en muchos casos una forma de integración en ese absurdo de la masa social.
Feliz martes, Charo.