Hola
amor, sé que no debo presionarte pero la angustia me consume esperando tu
respuesta. Cuento los días que nos quedan hasta que podamos estar juntos,
porque sé que si me quieres tanto como yo a ti, no dejarás pasar esta
oportunidad. Ya tengo los billetes, Madrid –Caracas para el día 21 a las 19,00
horas. Te quiero, y doy gracias a la vida por haberte encontrado de nuevo
después de tantos años. Repaso en mi cabeza los momentos que hemos pasado este
verano y eso me da esperanzas para pensar que vendrás conmigo, que viviremos
juntos y felices el resto de nuestras vidas. Sé que dejar a tu hijo es muy duro
para ti, pero piensa que pronto él tendrá que empezar a vivir su vida y tú te
quedarás sola con ese hombre que no te merece. Podréis veros a menudo, sabes
que el dinero no es ningún problema. Nos veremos en el aeropuerto. Ven conmigo.
No quiero perderte de nuevo.
David acaba de leer el mensaje y la
sorpresa, el miedo y el desconcierto se apoderan de él. Ha descubierto un
secreto que no podrá desvelar o él mismo descubrirá su falta. ¿Quién es el tal
Carlos que remite el mensaje dirigido a su madre hace unos días?
Hoy es viernes, día 20. Su madre acaba de
despedirse de él hace media hora. Iba al pueblo a ver a la abuela, que según ella
estaba un poco pachucha.
- Hasta el domingo, había
dicho abrazándolo fuerte.
-Vale mamá, que solo es
hasta el domingo, había protestado él, deshaciéndose del abrazo, sin sospechar
que tal vez fuera el último en mucho tiempo.
Podéis leer más relatos sobre encrucijadas en el blog de Pepe DESGRANANDO MOMENTOS
Demasiadas incógnitas, me ha sabido el relato a poco.
ResponderEliminarPobre niño! vaya forma de enterarse! espero que la abuela se recupere, jejeje, hija! que quieres?, es que no quiero que lo deje solo!, y como lo dejas abierto, pues resulta que es cierto, se puso pachucha y ella se fué a verla y decidió no irse con Carlos, que hay tiempo para todo y formas de hacer las cosas correctamente, jejeje, miles de besosssssssssssssss
ResponderEliminarMoraleja: cuidado con donde se dejan los smartphones. Los carga el diablo.
ResponderEliminarUn abrazo,
Vaya disyuntiva. Y la angustia en que nos dejas, en plena encrucijada. Lo conocía, pero he vuelto a sentirme en la piel de los protagonistas.
ResponderEliminarBesos.
Si, Juan Carlos, es una versión abreviada del que tu conoces, con alguna pequeña variación.
EliminarComo tu dices hay ciertas similitudes en nuestro relato. Me ha gustado con ese final. El mio no es tan diferente. Solo que aquí una marcha y en el mio una se queda. Parece que en esta encrucijada hemos tomado el mismo rumbo literario.
ResponderEliminarUn beso y gracias por visitar mis sueños
!Hay Charo, pero que final! Pobre chico y pensar que no tuvo sutileza con el abrazo de la madre.
ResponderEliminarGenial aporte.
Besos
Terrible circunstancia para un niño!
ResponderEliminar=(
Un abrazo
Ella tiene derecho a elegir el camino de su felicidad que al parecer no tiene con su actual pareja. Pero me hago la siguiente pregunta. ¿No tiene cabida el niño en ese nuevo universo hacia el que se encamina?. No debe ser fácil para una madre renunciar a la diaria proximidad con un niño que, por lo que se desprende de tu texto, aún la necesita.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Me pregunto que fue lo que la alejó de la felicidad, que vuelve a encontrar por azar. ¿Es justo que tenga que elegir entre esa felicidad y el hijo?
ResponderEliminarLa toma de decisiones muchas veces se hace barranca arriba, sobre todo cuando hay que renunciar a personas importantes en nuestras vidas. Imagino el desconcierto de ese hijo, que acaba de saberse abandonado, al parecer a su madre, no le ha costado tanto decidir. Estas cosas suelen pasar. Muy buen relato Charo...
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
No se si tan poderoso es el amor que te haga renunciar a un hijo... pero hay demasiadas preguntas sin contestar.
ResponderEliminarEncrucijadas de la vida, razones que la razón no entiende.
besos
Empezar de nuevo y dejarlo todo, una decisión dificil; pero en este caso era resignarse o ser feliz, y decidió lo segundo.
ResponderEliminarUn abrazo
A veces hay que dejarlo todo para recomenzar, aunque yo jamás podría dejar a mi hijo. Después de todo las parejas van y vienen, pero el amor que siento por mi hijo no.
ResponderEliminarUn relato con mucho por descubrir, y mucho descubierto.
Un besote.
Esta claro que los móviles dan más problemas que soluciones. ¡ Un niño no debería ser abandonado nunca ! Cuando lo traes al mundo dejas de pensar en tu felicidad, solo la de el es importante. Si el aire se hace irrespirable... El niño también sufre, hay que sacarlo y darle la oportunidad de ser feliz.
ResponderEliminarAbrazos guapa.
Gracias a todos por vuestros comentarios. La mayoría dais por sentado que ella decide irse con su antiguo amor recuperado, pero en el texto yo no digo eso...
ResponderEliminarMe quedé a medias, perdón. Digo que es posible que la madre no pueda abandonar a su hijo, no lo sabremos hasta el domingo je,je
EliminarMe ha traído el recuerdo del inicio de mi Bajo los Tilos y ese hijo que se hará miles de preguntas... Un beso
ResponderEliminarTengo mis dudas Charo.... creo que en situaciones límites un hijo está primero.... saludo afectuoso
ResponderEliminarPues a pasarlo bien, es su vida. No se hacen así las cosas, irse sin dar razones o dejar una nota explicando, al menos. Pero cuando una actua así, sus motivos tiene, o tal vez su carácter débil no acepta la contraria.
ResponderEliminarUn abrazo, Charo. Muy buen argumento.