Este jueves María José nos invita a escribir sobre "virus".Podrás encontrar más relatos sobre este tema en su blog LUGAR DE ENCUENTRO
No supo con exactitud en que momento había desaparecido, pero una tarde, tomando un café con su amiga, la conversación derivó hacia ese tema.¿Cuándo había sido la última vez que se había sentido atraída por alguien?¿Cuánto hacía que no sentía en su vientre la punzante llama del deseo?Por la noche, ya en la cama, María hizo un repaso mental y constató con horror que hacía casi un año que no tenía relaciones sexuales, y lo que es peor, que tampoco tenía ganas de tenerlas. Ese fue el primer síntoma. Un par de meses después, una mañana María no pudo levantarse de la cama. No es que le faltaran fuerzas o sintiera en su cuerpo algún dolor o malestar que se lo impidiera, simplemente, no tenía ganas de hacerlo.Tampoco sentía el deseo de comer, o de beber, o de ir al baño, o de poner la radio, o de dormir. Se quedó en la cama todo el día, con la persiana tal y como la había dejado la noche anterior mirando cómo la luz iba cambiando el tamaño y la forma de los agujeritos que se reflejaban en la pared. No le apetecía cerrar los ojos, tampoco le apetecía moverse, ni sentía ningún deseo de hacerlo, así que no lo hizo. Pasó la noche en blanco, pero no tenía deseos de dormir. Otra mañana, otro día y otra noche sucedieron al primero, y después otro sin que nada cambiara. El tercer día a eso de las 10 de la mañana, tampoco le apetecía mirar la hora, sonó el móvil pero ni siquiera hizo el más mínimo gesto por alcanzarlo para ver quién era, le daba igual, no tenía ningunas ganas de hablar con nadie. María murió a los diez días sin tener ningún deseo de hacerlo.
Sin saberlo, María fue el paciente cero del VONFLA, Virus Of Not Feel Like Anything (Virus De No Tener Ganas de Nada) que acabó con un tercio del llamado primer mundo en la primera mitad del S.XXI. Incomprensiblemente, este virus no tuvo ninguna repercusión en los países subdesarrollados.
Leo tus letras y te cuento mi historia. En la época de gran crisis, eramos miles que perdíamos los puestos de trabajo, a pesar de nuestros impresionantes curriculums nadie nos tomaba, más si tenías más de 40 años.Finalmente dejando atrás mi puesto gerencial, tomé un empleo en el que llevaba en mi auto a una persona de custodia. Íbamos detrás de un camión todo el tiempo, mi compañero que portaba un arma, fumaba como un sapo. Esa actividad en la que no utilizaba mis capacidades, me hizo sentir mal al punto de dejarla. Caí en un estado de abulia, sourmenage, antes no se hablaba de estrés ni de fatiga crónica y te mandaban al loquero.Para acortar, lo bueno es que me levantaba en casa, y me alimentaba, pero la cabeza se había quedado sin iniciativa.Para mi no trabajar era sinónimo de muerte...y estaba en esa situación...Bueno, no era una depresión ni un virus como relatas pero me costó salir del trance ya que el intelecto no funciona...(Mira que largo he comentado jajaja)
ResponderEliminarTe dejo un saludo.
PD: Recién luego de meses estoy volviendo a escribir.
Lo he descrito un poco en clave de humor, pero creo que es una "enfermedad" de nuestros días...lo puedes llamar depresión, abulia, falta de motivación, desinterés por la vida,conflicto existencial o cómo quieras pero creo que muchos lo hemos sentido en nuestra vida en algún momento.Afortunadamente la mayoría encontramos "algo" para seguir viviendo...otros no lo consiguen.
ResponderEliminarMe alegro mucho de que tú hayas salido del trance y tengas ganas de volver a escribir.
Un beso
Ese es un virus problemático, que puede darse en cualquier parte del mundo.
ResponderEliminarY el primer sintoma sí que es para tener en cuenta.
Sabía que ibas a escribir algo interesante.
Lo que te conté sucedió hace más de una década atrás, luego aprendí muchas cosas, no se debe entrar en excesos de ningún tipo, aún los laborales, porque cuando te falta sientes un vacío insondable.La salud está en el medio, no en los extremos. La preocupación por otros me sacó de la preocupación por mi mismo, allí estaba el punto clave de la cuestión. Luego se hizo una forma de vida, lo de escribir lo hago siempre que el tiempo me lo permita porque no podemos abarcar todo, y que todo salga bien.
ResponderEliminarUn beso.
Nunca se sabe lo que puede pasar; pero esta crisis está acabando con las ganas de nada de mucha gente. Tú relato puede parecer exagerado; pero nunca se sabe.
ResponderEliminarUn abrazo
Extraordinario relato, tanto por su estilo como por su simbólico significado.
ResponderEliminar=)
Hola Charo, yo me sentí de una manera parecida a como cuentas hace ya algunos años, cuando las circunstancias (que ahora no vienen a cuento) me apartaron practicamente para siempre del mundo laboral, los síntomas al principio eran muy parecidos a los que explicas. Afortunadamente pude, y supe, salir. Comenzar a escribir fue una de las terapias que me autoimpuso. (La familia fundamental también)
ResponderEliminarAparte de esto, me ha encantado tu relato, está muy bien contado y tiene un suspense magnífico. Te felicito.
Un abrazo.
Impresionante tú relato, Charo.
ResponderEliminarEste virus también es fatal si se deja pasar desapercibido. Lo más temible es que muchas personas no buscan ayuda. Me he encontrado con un par de personitas en ese estado, y al decirles que busquen ayuda psicológica, dicen que no están locos.
Besos
Perder las ganas de todo, sin darse cuenta, o porque ni siquiera uno tiene ganas de darse cuenta. Un relato excelente, sobre un virus que en cierta manera ya está instalado en las sociedades actuales, pero que en tus letras se siente espeluznante.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Uno ya está muerto cuando deja de tener ilusión y ganas de hacer cosas. Ella solo dio un paso entre dos formas de estar muerta.
ResponderEliminarUn beso
Curioso y determinante, pero real. Morir por falta de vida... trágico y reparable.
ResponderEliminarBesos
Relato de un virus que puede llegar a ser amiga Charo. El desgano extremo.... ¡a la vida hay que empujarla!
ResponderEliminarParece de ciencia ficción y sin embargo lo reconozco cercano.Cada vez veo en la consulta más jóvenes infectados de un virus parecido: Ni-Ni, ni estudia ni trabaja ni hace nada nada más que esperar. Y lo pero, no tiene cura.Un besote y gracias por participar
ResponderEliminarEsas faltas de ganas de...todo, son terribles sintomas de...mucho. Magnífico Charo.
ResponderEliminarBesos.
Qué relato más bien escrito, corto, sucinto, expresivo, intenso. No creas que pienso en hacer algo también, pero tengo tan pocas ganasss, me pongo a pensar y pienso en cualquier cosa menos en eso, me pongo a escribir y me cansooo, hace mucho calor, mi chilaba no me refresca y acabo de ver pasar un virus rosa, pero no me apetece ver por dónde desaparece, tengo tan pocas ganas de cambiar de posturaaaaa...
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