Este jueves es nuestra amiga Mónica del blog NEOGÉMINIS la que nos invita a escoger una de las frases que nos ofrece para confeccionar un relato. Yo he escogido la de "Crónica de la primera-última vez".
Podéis leer el resto de relatos participantes pinchando en el enlace.
Nunca había ido a que me leyeran la
mano, pero la propaganda que encontré en mi buzón llegó en el momento justo.
Después de mi último fracaso sentimental necesitaba saber si mi vida iba a
cambiar o iba a continuar en el mismo pozo donde me encontraba.
La mujer que me abrió la puerta me sonrió y dijo que me estaba esperando
desde hacía mucho tiempo. La verdad es que algo en ella me resultaba familiar.
Me hizo pasar a una sala muy bien decorada, donde se respiraba un aire de
tranquilidad y sosiego. Llevaba una túnica de color turquesa que hacía juego
con sus ojos y estaba descalza. Yo también me descalcé y me senté cómodamente
en un sofá de piel blanca que daba a la estancia una sensación de pureza,
aumentada por los rayos de sol que
llegaban tamizados por las cortinas,
también blancas. Me ofreció un té con hielo y lo acepté encantada.
Mientras ella iba a prepararlo, recordé por qué me resultaba familiar.
Era Laura. Un verano cuando éramos adolescentes ella vino a mi pueblo. Era un
pueblo muy pequeño y no había muchas chicas de nuestra edad, así que enseguida
nos hicimos amigas. Pasábamos las largas tardes de verano yendo en bicicleta
hasta un sitio en el que no solía haber nadie. Era una casa antigua y estaba en
ruinas, pero tenía una higuera en la puerta que daba una estupenda sombra. Allí
extendíamos nuestras toallas, nos comíamos la merienda y hablábamos de todo.
Ninguna de las dos había besado nunca a ningún chico y nos preguntábamos qué se
sentiría. No sé cómo sucedió, pero recuerdo que de pronto nuestras bocas se
juntaron y las dos nos dejamos llevar por nuestras sensaciones. Fue el beso más
maravilloso que recuerdo, tal vez porque fue el primero o tal vez porque fue
Laura la que me lo dio.
Es curioso que hubiera tenido olvidado ese recuerdo hasta este mismo
momento en que lo recordaba con una intensidad que me hizo estremecer. Laura no
había vuelto nunca a mi pueblo y yo nunca más había besado a otra mujer.
Cuando Laura entró de nuevo en la sala, supe que mi vida iba a cambiar
en ese mismo instante. Me pidió que le mostrara la mano. Veo a una mujer en tu
vida, me dijo, pero creo que eso tú ya lo sabes. Debes hacerle caso a tu
instinto y dejarte llevar.
Volví a casa ilusionada. No sé qué pasará a partir de ahora, aunque
después de lo que sucedió en aquel sofá blanco creo que no hará falta que me
vuelvan a leer la mano para saber mi destino.
Es increíble el destino , como todo hay que creer en él y en esas personas echadoras de carta del tarot..Porque será que el ser humano necesita saber su futuro en vez de vivir el presente ..
ResponderEliminarMe gusto como lo fuiste escribiendo y dando ese resultado tal disitnto quizás al que esperaba la protagonista.
Un abrazo y feliz noche.
Un muy intenso relato narrado con maestría. Muchas gracias por participar, Charo, me alegra tenerte de vuelta. un fuerte abrazo
ResponderEliminarY es que, a veces, esa última vez solo es un preludio de lo que el destino tiene deparado, para un nuevo comienzo tan inesperado como hermoso…
ResponderEliminarMagnífico relato, Charo. Un placer leerte.
Bsoss, y feliz finde 😘
¿Casualidad, destino? Creo que eso da igual. El amor mueve y teje hilos para conducirnos a la persona adecuada. Muy bonito tu relato.
ResponderEliminarBss
Me parece en que es un caso que la lectura de la mano dio un resultado muy preciso.
ResponderEliminarUn gusto leerte.
Besos
Muy bueno. Ese reencuentro de dos mujeres marcaría el nuevo destino, lo hubiera dicho la mano, la quiromancia no es ciencia alguna, o simplemente porque estaba de ser. El destino, tan travieso siempre
ResponderEliminarPrecisos post. Un abrazo y feliz sábado
Tal vez sea verdad que nada es casualidad, y como decía Borges -creo-, esa es sólo nuestra manera de llamar al caprichoso destino.
ResponderEliminarUn beso.
Contado de una manera tan suave que casi no trasluce lo tremendo del acontecimiento: cambio en muchos sentidos para la vida de la narradora. ¡Que encuentre la felicidad a través de esa aventura! Un abrazo
ResponderEliminarY es que nunca sabemos del todo lo que nos falta. Tener la mente abierta a nuevas experiencias es un gran paso, aunque resulta difícil superar los prejuicios o la moral demasiado conservadora cuando se tienen desde la infancia.
ResponderEliminarUn gran placer que hayamos vuelto a los jueves ;-)
Besosss
La mente es una prodigiosa máquina de borrar y crear recuerdos, y el destino es un aliado muy canalla o muy divino cuando quiere. En este caso, los recuerdos se abrieron de nuevo, como una señal del destino.
ResponderEliminarMe ha gustado, la verdad.
Un beso.
Y es que cuando se destapan los recuerdos no es necesaria la ayuda de las cartas. Muy bien narrado, besos.
ResponderEliminar¿se besaron o simplemente pasó para siempre de adivinas?... yo opto por lo segundo
ResponderEliminar!Encantador relato, Charo!
ResponderEliminarAsi es el destino, una fuerza que está por encima de nosotros y que empuja hacia una sucesión inevitable de acontecimientos de las que no podemos escapar.
Abrazo
¿Coincidencia, casualidad, destino?
ResponderEliminarMás allá, la vida que todo lo penetra.
Y las decisiones que tomamos.
Saludos, Charo
Menuda coincidencia, será feliz? será desdichada? La vida es una constante el tener que elegir., así que te deseo que escojas la decisión que te agrade mas y que te haga muy feliz.
ResponderEliminarLo has escrito tan real que me lo he creido.
UN saludo muy cordial amiga Charo.
Un relato muy bien llevado...la vida no sabemos realmente que nos depara, el camino que escojamos en ella nos llevará por un sendero u otro.
ResponderEliminarMi abrazo Charo!
El destino lo creamos nosotros mismos y tú has creado un relato sensual, delicado y de una intensidad fuera de lo común. Eres una fiera en las distancias cortas.
ResponderEliminarUn abrazo.