Como todos sabéis, este año Teresa Cameselle no ha podido llevar esta convocatoria y me ha cedido el testigo. Aquí podéis consultar las normas para participar, si todavía no lo habéis hecho, y leer los relatos participantes.
Os dejo el mío.
¿Ha escuchado balar a las ovejas o solo ha
sido un sueño?, se pregunta Clara cuando despierta de madrugada. Echa un vistazo al corral por la ventana de la
cocina pero no ve nada anormal. Hoy tiene que ir al mercado del pueblo. Hay dos
horas de camino en bicicleta, pero no se queja, es el único divertimento que tiene
cuando su marido está en el monte con
las ovejas y aún sin niños a los que
atender.
El sol todavía no ha salido cuando pasa por
el bosque. Escucha un ruido a la vez que una sombra salta sobre ella tirándola de la
bicicleta. Apenas le da tiempo a percatarse de que es un gran lobo gris con el
hocico ensangrentado antes de desmayarse.
Los rayos del sol sobre su cara la
despiertan. Recuerda al lobo y se mira el cuerpo por si está herida pero solo
un ligero dolor en sus partes íntimas le produce una molestia.
Su marido le da la noticia cuando regresa
por la noche a casa. El lobo ha matado seis ovejas. Clara calla su encuentro de la mañana temerosa de que él
no la deje volver al mercado.
Nueve meses después, el parto se presenta
sin avisar una noche de luna llena. No hay tiempo para ir a buscar a la partera, las contracciones
son muy fuertes y violentas. Tirada en el suelo, grita de dolor mientras
Benito, sin saber qué hacer, observa cómo
algo entre las piernas abiertas de Clara se abre paso a dentelladas, rasgando,
arañando, destrozando la carne de su amada mujer hasta que deja de gritar
exangüe. La bestia gruñe y le enseña los colmillos antes de correr hacia
la noche por la puerta abierta, al tiempo que las ovejas, nerviosas, comienzan
a balar.
Un comienzo inocente, con un final descarnado.
ResponderEliminarPorque la vida se abre camino... incluso a dentelladas.
¡Un saludo!
Tremendo! Mal final tuvo la protagonista y encima pariendo a esa bestia. Otra más que volverá a cumplir el ciclo con otra inocente que vaya al mercado en el momento menos indicado.
ResponderEliminarMe encantó. Un beso enorme.
Parecía terrorifico, luego parecía ser que podía ir para otro lado, la mujer sobrevivió a ese encuentro Para luego resultar más terrorifico. Y como comentaron, el ciclo continuará.
ResponderEliminarQue bien contado.
Un abrazo.
¡Qué horror!
ResponderEliminarYa de entrada la imagen me ha dado miedo, pero al ir leyendo tu relato ainss más miedo ha ido entrando, Charo.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Un besazo.
Charo, enhorabuena por este texto. Si lo que se trataba era de que se nos encogiera un poco el alma al leerlo, lo has conseguido. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Brutal, Charo. Hay algo muy visual en tus relatos, muy de cine de los ochenta. Si a eso le unimos la precisión léxica con la que describes ese parto del horror, reconozco que este cuento te ha quedado maestro. Ah, por cierto, me encantan los lobos grises. ¿Se me nota?
ResponderEliminarUn abrazo.
No me ha quedado de otra que terminar de leer tu relato con las piernas cruzadas..y es que sentia ese hilito de corriente mezclarse entre tus letras y mis "interiores paisajes"....eso si que ha sido fuerte...besoss
ResponderEliminarY siento que también me mantendré lejos de los lobos. Hermoso el relato, me ha gustado muchísimo.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Muy bueno, aunque aun estoy con los pelos de punta...y eso que soy una enamorada de los lobos. Este parto ha sido horripilante, pobre mujer....me he quedado casi descarnada, besos.
ResponderEliminarPobre de tu protagonista, ya le tocaba, de una u otra forma terminaría mal era su destino. Me parece tenebroso, desgarrador, terrorífica su muerte. Buena relato, Charo.
ResponderEliminarBeso
Aunque no soy seguidor de esta clase de relatos, debo reconocer que el tuyo, aparte de si intrínseca calidad literaria, nos lleva aun final desgarrador (?) y violento, jugando un poco con aquello feliz que presentíamos al comienzo de la historia.
ResponderEliminarEnhorabuena y un beso.
Muerte sangrienta y dolorosa para dar vida al engendro..y Benito espectador horrorizado sin poder parar el espeluznante alumbramiento.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Nauthiz
Cuentas muy bien las historias de miedo... :)
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