Este jueves, aunque para mí ya sea viernes, nos convoca Mónica en su blog Neogéminis, y nos invita a participar con la creación o el inicio de la creación de un personaje.
Podréis leer todos los participantes si pincháis en en enlace superior.
La
primera imagen que cruzó por mi cabeza cuando la vi por primera vez fue la de
una ninfa del bosque, una de esas que tantas veces había visto en los cuentos
de hadas cuando era pequeña. Cruzaba el patio acompañada por una funcionaria y
su aspecto era tan etéreo que parecía que en cualquier momento iba a
desaparecer, diluyéndose como la niebla cuando los rayos de sol le ganan
la batalla.
La segunda imagen fue la de las “mujeres
jirafa”, esas que se veían en los documentales de mediodía en la televisión.
Tenía el cuello largo y estirado lleno de collares de abalorios de colores y
formas diferentes a su alrededor, pero
que no le dificultaban la movilidad como a las mujeres birmanas. Me pregunté cuánto tiempo tardarían en pasar a
otras manos. Sus brazos y tobillos también estaban adornados con pulseras de
los mismos materiales. El pelo, de color castaño claro con reflejos
dorados, le caía en una mata espesa y
ondulada hasta la mitad de la espalda. Iba descalza.
El resto del cuerpo, también largo y estilizado, dotaba a todo el
conjunto de una elegancia difícil de definir.
Cuando la funcionaria me llamó para que, como ordenanza encargada de los
ingresos, la ayudara a establecerse en la que sería su casa durante un tiempo,
me di cuenta de que no estaba aquí. La muchacha, que no tendría más de veinte
años, estaba perdida en un mundo lejano. Su mirada no era capaz de fijarse en
nada y por eso, desde ese mismo momento le puse el apodo de "la ida",
antes de que las demás le pusieran otro peor. Ya volverá, pensé al ver en sus ojos la profunda huella de la decepción y el engaño, cuando
acepte y asuma lo que quiera que sea que
le ha pasado.
Se
llama Lucía, me dijo la funcionaria, pero yo supe, con una sola mirada, que su luz se había apagado y que tardaría mucho en volver a lucir.
!Gracias Mónica!
Me alegra saber que lograste hacerte tiempo para participar, Charo, y al leer tu historia, me encuentro con un personaje realmente sorprendente y con cierto misterio que nos invita a intentar comprenderla. La difícil situación del desarraigo se nota aquí acentuada por la pérdida de esa luz que en algún momento la acompañaba.
ResponderEliminarTe agrego ya a la lista de participantes. Muchas gracias otra vez.
A veces el dolor es tan grande y la realidad tan difícil de asumir que es más fácil " dejarse ir" ...y ser " la ida".
ResponderEliminarSe adivina el sufrimiento en cada paso de Lucía...
Nauthiz
A veces el dolor es tan grande y la realidad tan difícil de asumir que es más fácil " dejarse ir" ...y ser " la ida".
ResponderEliminarSe adivina el sufrimiento en cada paso de Lucía...
Nauthiz
tercera persona del preterito imperfecto del verbo lucir...Lucía. Para mi tiene unas gratas connotaciones, así se llamaba un ser querido, y por eso mismo una sobrina lleva su nombre.
ResponderEliminarEl personaje es apasionante, es una historia que sabe a poco después de trazar pinceladas de su potencial.
Gracias por tu comentario
Un beso: Charo
Cuando todo nos supera es mejor dejarse llevar por la corriente ydejar que la tormenta pase.
ResponderEliminarBello.
Besos
Me queda esa incertidumbre de saber qué apagó su mirada, su alegría y su vida... pero eso será para otra historia... porque da pie a una larga, larga historia de donde toda palabra de Lucía estaría marcada, a mi parecer, por la desconfianza y el silencio.
ResponderEliminarBesos enormes.
Es un personaje muy interesante, ya veremos sus andanzas
ResponderEliminarMuy bueno el juego de palabras que lograste con su nombre y el final! Es un personaje que me genera ternura, ganas de darle un abrazo y decirle que vuelva, que la vida es hermosa y vale la pena estar despierto.
ResponderEliminarPero todos tenemos nuestros tiempos para reaccionar o quedarnos así, idos.
Un beso enorme.
Una mujer idealizable que ha quedado desconectada, por algo duro seguramente. Y que ha recibido sobrenombres peores que La ida. Dan ganas de que alguien la ayude.
ResponderEliminarBien planteado.
Un abrazo.
Un relato sorprendente, el final es avasallador. El sutil detalle de ese personaje que ha perdido su luz es compungido. Espero que sea pasajero, un obstáculo más que batallar, y que pronto su vida pueda brillar con toda su intensidad. Genial, Charo.
ResponderEliminarBeso
Una buena descripción del personaje y me quedan las ganas de conocer su alma y lo que le ha pasado para que se encuentre en ese estado. Muy acertado el nombre para ese juego de palabras.
ResponderEliminarUn beso
Una buena descripción del personaje y me quedan las ganas de conocer su alma y lo que le ha pasado para que se encuentre en ese estado. Muy acertado el nombre para ese juego de palabras.
ResponderEliminarUn beso
Su luz tardará en volver, pero su historia tiene un interés enorme. Probablemente recupere su luz alumbrándonos con sus historias, que sería maravilloso conocer.
ResponderEliminarUn beso.
Personaje un tanto sorprendente, que seguro que terminará por lucir, de la mano de tu descriptiva y literaria prosa.
ResponderEliminarUn beso.
Una descripción del personaje sugerente. Seguro que ya tienes escrita una historia para "la ida". ¿No? ¿A qué esperas?
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Charo: Con un poco de retraso he leido tu interesante entrada. El personaje está fielmente descrito con tus palabras, que es lo que nos pedia nuestra anfitriona Neogéminis. Has cumplido
ResponderEliminarperfectamente,con el pacto juevero. Un abrazo grande y un recuerdo cariñoso.l
Es una historia muy bien narrada. Es de esas que hablan de esos personajes que se cruzan en tu vida como de pasada, quedando en nuestros recuerdos. Saludos.
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