Había consultado el mapa de carreteras. Me pareció fácil llegar y decidí
hacerlo sola. Antes de subir al coche, le pedí cambio al camarero y te llamé
desde la cabina telefónica. Comunicaba, así que no pude decírtelo.
En el coche, puse la cinta de Tequila. Solo vi esa. Ya había cogido el
tercer desvío y llevaba por lo menos media hora sin cruzarme con ningún coche.
La cinta empezó a hacer el ruido característico de cuando se enreda, la paré
enseguida pero esta vez había quedado inservible. Lo siento, te compraré otra.
Puse la radio, pero no se sintonizaba ninguna emisora.
La verdad es que empecé a ponerme un poco nerviosa, seguía sin cruzarme
con ningún coche, estaba empezando a llover y la carretera cada vez estaba en
peor estado. Paré para volver a mirar el mapa, pero por más que busqué no lo
encontré en el bolso. Sin darme cuenta, la carretera se había convertido en un
camino lleno de baches en el que era imposible dar la vuelta. No me quedó más
remedio que continuar. Ahora sí que estaba asustada. La noche se me había
echado encima y sumado a la lluvia y al mal estado de la carretera la
conducción era complicada. De pronto escuché un fuerte golpe en los bajos del
coche y me incliné hacia adelante con brusquedad. Mi cabeza se golpeó con el
volante. El coche se paró. Las luces se apagaron. Intenté arrancarlo pero fue
imposible. Me entró el pánico. Estaba
sola en medio de la nada, sin un pueblo cerca para llamar por teléfono, nadie
sabía dónde había ido, el coche estropeado, me dolía la cabeza.
De pronto vi las luces de un coche que venía de frente. Era un coche muy
alto y con unas ruedas grandísimas, yo nunca había visto ninguno así. Cuando
llegó a mi lado un hombre alto y bien parecido me invitó a subir. El coche
parecía una nave espacial. Estaba lleno de lucecitas en el salpicadero. Rojas,
verdes, azules…de todos los colores. Sonaba una música desconocida para mí, con
un sonido envolvente alucinante. Fue muy amable. Me dijo que si quería llamar a
alguien y le dije que sí, que cuando llegáramos a algún sitio. Pero sacó una
especie de calculadora plana y me dijo que le dijera el número, lo marcó y por
ahí hablé contigo. No quise contártelo todo por teléfono y por eso le dejé que
me trajera. Le dije la dirección y se la dijo a la pantalla del televisor, y la
pantallita le contestó. No me acuerdo de más, estaba agotada y me quedé
dormida…era una delicia viajar en ese coche. Cuando desperté estábamos a la
puerta de casa y antes de darme tiempo a reaccionar ya se había ido.
Te juro que lo que te estoy contando es verdad…no estoy loca, ni me lo
estoy inventando… ¿no me crees? ¿Por qué me miras así…?
:-) jajaja Un gran viaje en el tiempo o una gran escusa. Normal que no se lo crea.
ResponderEliminarUn saludo.
jajaja muy bueno!...claro que hasta hace poco un artilugio de ese tipo hubiese resultado impensado, pero hoy, al menos si los mapas están actualizados, no hay nada más útil que el GPS cuando uno viaja. Aquí entre nosotras, te confieso que cuando viajamos, mi marido todavía gusta de llevar mapas de papel desplegados a medida que avanzamos (caminando o en coche) por las ciudades que visitamos!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo... y felicidades por el éxito de la convocatoria.
=)
Qué bueno! "y se lo dijo a la pantalla del televisor "con un final de los tuyos!
ResponderEliminarMuy bien
Nauthiz
Es lo que se llama extrañamiento, plantear lo cotidiano como si fuera algo extraño. Y la actual tecnología podría serlo vista por alguien de hace algunos años, por nosotros mismos.
ResponderEliminarY me parece bien la precaución que menciona Neogeminis. La tecnología GPS no es perfecta.
Bien planteado
Genial, Charo, esa mezcla de tiempos, que muchos hemos vivido, jeje. Es cierto, entonces no sse habría creído lo actual. Como lo de entonces nos cuesta hacerlo entender a los de ahora.
ResponderEliminarBesos.
¿Cuando pasó al recuerdo el cassette de cinta? ya no lo recuerdo, pero no me animo a deshacerme de mi colección de música.
ResponderEliminar¡Vamos, y qué viaje en el tiempo te has dado!
Un interesante viaje fuera de dimensión es tu relato Charo. ¡muchos saludos!
ResponderEliminarBonito relato que une lo obsoleto con lo moderno.
ResponderEliminarUn historia casi de ciencia ficción. Menuda experiencia, como psra darte un infarto. Suerte que al final apareció un principe valiente y te sacó del apuro. Imsginativo relato el tuyo Charo.
ResponderEliminarMuchos besos.
Este relato no tiene por qué ser una utopía o un viaje en el tiempo. Ya dijo Julio Verne que todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo realidad.
ResponderEliminarEstupenda entrada, amiga.
Un beso.
Charo, me has hecho visualizar tu relato como una película de ciencia ficción. El comienzo me puso los pelos de punta. La ambientación es fantástica, ese final inesperado. Me ha encantado tu creatividad.
ResponderEliminarBeso
Me has ido angustiando y hasta el final me he temido una tragedia. Es verdad que hace unos años los que hoy manejamos el navegador no podíamos ni imaginarlo. Cuando voy con mi suegra en el coche se pasa el camino diciendo que parece brujería, claro que ella es gallega y es normal que crea más en las brujas que en la tecnología que es algo que se escapa al entendimiento.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Un beso.
Muy original la hitoria. El conductor del otro cohe pasó la barrera del tiempo y gracias a eso la chica pudo llegar a su destino.
ResponderEliminarMuy chulo.
Un abrazo
Todo cambia con tanta velocidad que eso que ayer era lo más hoy es una antigüedad. Me imagino a tu protagonista, alucinando, y al otro como Pedro por su casa. Esto sería como poner a algún abuelete al lado de su nieto de 3 años que maneja el mando de la tele, la tablet, el móvil como si fuera una parte de él.
ResponderEliminarMe ha encantado. Punto por punto.
Un beso.
Vaya! Pues si que vinieron a verte las musas! Me ha encantado cómo has invertido la situación y has hecho un especie de viaje al futuro. Y además nos regalas un final que me ha recordado al estilo de E. A. Poe.
ResponderEliminarUn beso grande y felicidades por tu buen relato.
Charo yo lo he visualizado desde otra perspectiva diferente. La mujer vive en un estado de aislamiento total. Su mundo quedaría obsoleto para todos nosotros. No sale de su cinta de cassette, de su coche antiguo, de su modo de vida, quizás tranquilo en un lugar aislado, no sé Charo, yo no lo he visto como los compañeros que lo han comentado. A mí me ha sugerido soledad, y miedo ante lo desconocido. Qué te parece? Abrazos. Carmen Hinojal.
ResponderEliminarTu punto de vista me parece muy interesante y podría interpretarse así, ¿por qué no? ....Sin embargo lo que yo he querido expresar es mucho más sencillo, es lo que se ve a simple vista, que lo que hoy en día nos puede parecer de ciencia ficción, cuando llegue su momento nos parecerá de lo más normal del mundo, como ahora nos parece lo que a la mujer de la historia le parecía algo increíble.
EliminarMuchas gracias por tu opinión Carmen! Un beso