Este jueves, Gus nos ha pedido que describamos la comarca donde vivimos o que nos inventemos una. Como veréis, yo no vivo en la comarca que describo, pero es lo que se me ha ocurrido para participar en esta convocatoria. Podéis ver más participaciones pinchando en el enlace Juliano el apóstata.
Mi comarca cambia cada día. A veces el cielo
es negro y el mar fucsia intenso. En el agua nadan las aves transparentes y en el aire los
peces vuelan moviendo sus emplumadas aletas como si fueran alas. Los ríos
discurren hacia arriba, entre las montañas en forma de pirámide invertida,
hasta llegar a la base donde los árboles exponen al aire sus intrincadas raíces
y entierran sus copas.
Otras veces, el cielo está abajo y el mar embravecido ruge por encima de
nuestras cabezas, mientras los antílopes trotan por las nubes de color esmeralda,
que chocan entre sí produciendo grises relámpagos y truenos con bellas
melodías.
Casi siempre pongo siete soles, uno de cada
color, formando un arcoíris de brillante fulgor, bailando en la bóveda celeste
mientras forman vistosas figuras.
Por el aire vuelan grifos, quimeras y dragones en miniatura que se posan
suavemente en las espinosas flores de tallos púrpura. En las azules praderas,
hay árboles que dan manzanas cuadradas o peras recubiertas de chocolate blanco.
En
mi comarca la nieve no está fría, el sol no quema, las flores no huelen y el
agua no está mojada. Nunca he visto mi comarca porque nunca he visto la
superficie de la tierra. Nací aquí, en un búnker enterrado a varios metros,
conectado a una máquina que me ayuda a respirar y me alimenta. Todo mi universo
es virtual, desde que hace un par de siglos el mundo dejó de existir tal y como
lo conocieron nuestros padres y un pequeño resquicio de vida humana consiguió
sobrevivir bajo la corteza terrestre.
Muy bella tu comarca, ojala fuera una bella realidad.
ResponderEliminarBesos
Muy bella tu comarca, ojala fuera una bella realidad.
ResponderEliminarBesos
Me encanta. Toda una explosión de aromas, imágenes y poesía, de principio a fin.
ResponderEliminarLa imaginación es lo único que nos da luz cuando todo está oscuro y frío.
Un abrazo.
No te faltó imaginación para esta distopía, que al principio parecía una eutopía.
ResponderEliminarUn abrazo
Pero qué lindo te quedo, Charo. Me encanto como le distes vida a tu comarca, una bella y colorida pasarela de fantasía. =)
ResponderEliminarBeso
Pero qué lindo te quedo, Charo. Me encanto como le distes vida a tu comarca, una bella y colorida pasarela de fantasía. =)
ResponderEliminarBeso
HOla Charo: un alarde de fantasia, es tu entrada, querida amiga. Ademas de muy orginal. El final pero hace pensar. un fuerte abrazo.
ResponderEliminarImaginativa propuesta. Pero espero que entre todos seamos capaces de que tu fantasía solo sirva como una bonita entrada en el blog y sepamos conservar la belleza que cada día nos presenta la naturaleza.
ResponderEliminarPor nosotros y por los que nos precederán.
Un beso.
Un derroche de imaginación con uno de esos finales tuyos q nos dejan así, pensando...
ResponderEliminarQué no se cumpla nunca...que seamos capaces de cuidar el planeta...
Nauthiz
Me pregunto si no estaremos todos conectados a una máquina como tu personaje, viviendo una vida que no es real, contemplando un paisaje ficticio. Por fortuna, nada tan real como tus relatos, siempre con ese punto siniestro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTrágico descubrimiento al final de tu relato al imaginar un final tan poco auspicioso para el que bien podría ser el final de nuestro mundo real. Muy creativo tu aporte. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarParecía un sueño pero ese final me ha dejado un amargo regusto. ¿Seremos capaces de frenar esta destrucción?
ResponderEliminarMe han gustados tus descripciones de ese mundo boca abajo.
Un beso.
Jolin, y yo que me iba imaginando una comarca ideal hecha a tu medida (y a la mia como no....) y me he quedado de piedra, reflexionando, me ha gustado muchisimo, besos.
ResponderEliminarJolin, y yo que me iba imaginando una comarca ideal hecha a tu medida (y a la mia como no....) y me he quedado de piedra, reflexionando, me ha gustado muchisimo, besos.
ResponderEliminarSe empieza sintiendo un despliegue de colorido que estimula los sentidos para luego, sin advertencia alguna sentir como la luz se apaga y lo bonito desaparece...solo se siente frío y soledad...
ResponderEliminarImaginativo y espero nunca real lugar...besos
Has resuelto tu jueves con originalidad y poesía,
ResponderEliminarUn beso.
¡Cuando he visto la imagen que encabeza tu texto me he puesto alerta. Me pensado que algo mágico iba a leer y no me he equivocado. Pero si los grillos vuelan y sigue habiendo manzanas aunque sean cuadradas, por qué no arriesgarse a salir... Estoy segura de que alguien pensará cómo salir de ese búnker, de que esa máquina deje respirar más allá de las paredes de ese monasterio de clausura... Estoy segura. Hay que ver siempre un luz al final del túnel... y en ese mundo hay siete soles...
ResponderEliminarUn beso enorme.
¿Sabes que me encantó tu universo virtual? Yo quisiera una comarca así, llena de fantasía y belleza.
ResponderEliminarMe encantó tu imaginación.
Un besazo.
Me ha parecido bestial. Lo estaba disfrutando como relato surrealista hasta que el último párrafo lo explica y da una lógica a lo anterior, lo cual me parece perfecto, como también me habría parecido que lo dejaras con ese tono onírico.
ResponderEliminarBesos, Charo.