Pepe nos anima a contar historias que puedan haber sucedido en un medio de transporte. La mía sucedió en un autobús de donación de sangre de la Cruz Roja. Podéis leer el resto de historias en el blog Desgranando Momentos
A pesar de estar en pleno invierno, el día
era soleado y le encantaba sentir los rayos de sol en la cara al caminar.
El autobús de la Cruz Roja para la donación
de sangre estaba situado en la plaza del ayuntamiento. Subió y rellenó casi
automáticamente el cuestionario previo a la extracción. Se fijó en que el chico
que tomaba los datos y recogía los cuestionarios era muy guapo. Su pelo y sus
ojos negros contrastaban con una piel demasiado blanca. Cuando pasó a la cabina
para que le hicieran las siempre indiscretas preguntas y le tomaran la muestra
de sangre, se sorprendió de que el doctor fuera tan joven y excepcionalmente
guapo también, aunque tenía las manos frías como un muerto. Su asombro llegó al
máximo cuando al traspasar la cortinilla para pasar a las camillas para la
extracción cayó en la cuenta de que los cuatro de la bata blanca también eran
chicos espectaculares aunque todos un poco blancuchos para su gusto. Observó que las cortinas de las ventanillas
estaban cerradas por lo que la estancia se encontraba en penumbra. Solo había
una camilla libre, las otras cinco estaban ocupadas todas por chicas jóvenes y
guapas. Oyó el ruido de las puertas del autobús al cerrarse y un punto de temor
se adueñó de ella, pero el chico con los ojos más azules que nunca había visto la miró
y se acercó hacia ella. Era incapaz de apartar la mirada de esos ojos. El temor
se convirtió en placer cuando sintió el
roce de unos labios sensuales en su cuello y notó el pinchazo de unos afilados
colmillos. Por el rabillo del ojo vio las otras batas blancas inclinadas encima
de las otras chicas. Un rinconcito de su mente le decía que tenía que intentar
huir pero era incapaz de reaccionar. Notaba cómo toda la sangre corría por sus
venas hasta su cuello y una sensación casi orgásmica se apoderó de todo su
cuerpo. Se sentía etérea y no quería que ese momento pasara nunca así que cerró los ojos y se dejó llevar.
Bueno, pues ya hemos terminado, dijo el
chico de los ojos azules. Incorpórate despacio para no marearte, ¿estás bien?
Sí, Sofía estaba bien, aunque algo confusa.
Seguro que me he quedado dormida, pensó algo avergonzada.
Al salir del autobús, sintió que el sol le
quemaba la cara como si fuera agosto, y su luz le hacía un daño terrible en los
ojos. Se puso las gafas de sol y corrió a refugiarse al lado oscuro de la calle
por donde hizo todo el recorrido hasta llegar a su casa.
Hay momentos inolvidables aunque sucedan en sueños hay que aprovecharlos.
ResponderEliminarDesde luego! Aunque en este caso no fue un sueño...
Eliminaruufff!!! Hay que ver lo que somos capaces de hacer por un momento de placer...Pobre Sofía...no se ha dado cuenta todavía que ahora los orgasmos vienen en dispensadores iguales a los de latas de refrescos..
ResponderEliminarAh! Pues yo tampoco sabía nada...
EliminarCreo que no le parece algo terrible, sino una nueva forma de existencia.
ResponderEliminarBesos.
Eso creo yo, que tampoco es tan grave...
Eliminarmmmmmm...algo raro pasó, sin dudas! jejeje...excelente relato, Charo!
ResponderEliminarUn abrazo
Está claro! A mí nunca me pasan cosas así cuando voy a donar aunque si no puedo volver a disfrutar del sol prefiero que no me pase...
EliminarMagnífico relato Charo, muy en tu linea sorpresiva. Ahora bien, yo me pregunto: ¿No hay vampiros feos o es que acaso los feos no tienen derecho a una alimentación sana y equilibrada?.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Ja,ja,ja, tienes toda la razón Pepe! Prometo poner feos en mi próximo relato de vampiros!
EliminarVaya, vaya, Charo, ¡así cualquiera se anima a donar sangre! jeje. Muy bueno tu relato, que engancha hasta el final. Besos
ResponderEliminarSorprendente y con su punto divertido, yo que suelo evitar este tipo de autobuses, al proximo que vea seguro que me subo. Muy bueno besos.
ResponderEliminarSorprendente y con su punto divertido, yo que suelo evitar este tipo de autobuses, al proximo que vea seguro que me subo. Muy bueno besos.
ResponderEliminarUn buen reclamo para las chicas que les gustan las emociones fuertes. No hay como unos chicos guapos y con mirada asesina, para volver locas a las chicas que se ofrecen para que les chupen la sangre. vivimos en un mundo loco, loco,, loco. Saludos guapa!!!
ResponderEliminarHola, Charo.
ResponderEliminarY bueno, por un momento así estaría dispuesta también a donar sangre. Que encantador relato vampírico, me ha encantado.
Beso
Que giro más bueno el del final Charo... Creo que no le ha importado nada, al contrario...
ResponderEliminarCon el miedo que me da a mi que me saquen sangre, pero de este modo no sé, no sé... :)
Besines... genial relato guapa!!
Muy buen relato Charo, me gustó mucho, aunque creo que a la protagonista le ha gustado más!
ResponderEliminarUn beso.
Y ese autobús circula por toda España? lo digo por si necesitan más donantes jejeje. Muy buen relato.
ResponderEliminarBesos Charo.
Una adicción como otra cualquiera. Me ha encantado y eso que desde el principio creí ver lo que un buen mordisco y un cuello blanco pueden esconder...delicioso
ResponderEliminarBesos
Bueno, a menos esos vampiros eran guapos.
ResponderEliminarMuy sugerente tu relato.
Un abrazo
Jajá, es que la imaginación trastoca la realidad y a veces no sabemos muy bien donde estamos... y oye, si así el mundo es más agradable, que mal hay.
ResponderEliminarBesos.
Esa sensualidad que acompaña a los vampiros y a la muerte que los acompaña siempre me ha fascinado...
ResponderEliminarNauthiz
La habían convertido en vampiresa ;-)Aunque, tal vez, nos informas del nombre de la protagonista, Sofía, demasiado tarde. Un relato con principio oscuro y final luminoso, con regreso a la oscuridad. Curiosa metáfora que nos adentra en la vida de Sofía.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Muchos besos
Excelente tu relato, me encantó.
ResponderEliminarUn beso.
Excelente tu relato, me encantó.
ResponderEliminarUn beso.
Divertido relato con un mensaje de atención. Desde ahora las donaciones de sangre en el hospital, que luego no sabemos dónde van a parar. Salvo que lo que se quiera sea otra cosa... que tampoco está mal. Besos
ResponderEliminarCuántas veces he imaginado un cuento de vampiros que tuviera como marco los autobuses de donación de sangre, y le has dado ese toque de erotismo que te caracteriza. Creo que daría para un relato largo.
ResponderEliminarUn abrazo.
En tu relato todos y todas eran guapos, que pena que fuera un sueño. Me ha gustado mucho. Un beso Charo
ResponderEliminar