Este jueves nos conduce Alfredo del blog La Plaza del Diamante y el tema elegido es "El Jardín", ya que este fin de semana celebramos una reunión "juevera" en la ciudad de Aranjuez, famosa por sus maravillosos jardines
Ésta es mi pequeña contribución. Si deseas pasear por más jardines pincha AQUÍ
Nunca creí que fuera a sucederme a mí ni nunca
creí que fuera cierto, pero en el mundo real todo es posible. En el mundo
feérico donde yo habito desde hace tres siglos existe la leyenda de que si una
dríade, especie a la que pertenezco, sale durante el día y se encuentra con un
mortal, se enamorará perdidamente de él.
Aunque
pertenezca al mundo de la fantasía, soy bastante racional por lo que nunca he
hecho caso de semejante tontería, sin embargo, deseaba vivir una experiencia
nueva ya que soy de natural inquieta y curiosa. De todos es sabido que no
podemos dejarnos ver durante el día por ningún ser humano, estando supeditadas
nuestras salidas a la oscuridad de la noche. Cuando el jardín se cierra a los visitantes,
campamos a nuestras anchas por la Montaña Rusa, los Jardines Chinescos, la Casa
del Labrador, el Embarcadero, el Museo de Falúas....todo en perfecta armonía
con criaturas de otros mundos.
Existen algunos días en que esta norma se puede
transgredir durante unos escasos minutos y todas esperamos con ansiedad que el
fenómeno se produzca pues solo una de nosotras puede hacer uso cada vez. Este
año ese día me correspondía. En el momento en que la luna
eclipsó totalmente al sol salí deprisa y atropellada chocando con algo
que cayó al suelo. Era la criatura más bella que había visto en mi larga
existencia, claro que viviendo entre gnomos y trasgos cualquier hombre me
parecería una delicia. Mi humano tenía el pelo negro como la obsidiana y los
ojos verdes como las hojas de las enredaderas en primavera. Fue un impulso, él
me miró y pude ver la estupefacción en su cara. Al instante, utilizando todo mi
poder de seducción anulé su escasa voluntad y antes de que el sol volviera a
aparecer, lo introduje por el hueco del fragante magnolio donde se encontraba
la entrada de mi hogar, al lado de la fuente de Apolo. Desarmado por mi amor y
un poquito de mi magia disfrutamos de los diez días más maravillosos que ningún
ser pueda imaginar, hasta que mis hermanas, celosas de mi felicidad,
aprovechando un descuido a plena luz solar, empujaron a mi amado fuera de
nuestro hogar, dejándome hundida en la desesperación más absoluta.
Pocos
días después vagando entre los castaños de indias encontré en el suelo un
periódico local con la siguiente noticia "después de cuarenta años
desaparecido en extrañas circunstancias, un hombre reaparece en el Jardín del
Príncipe sin haber envejecido y sin poder recordar nada de su vida
pasada".
Que no sabemos qué misterios ocultan los jardines ..que vienen a salir cuando oscurece.....
ResponderEliminarUn derroche de fantasía y creatividad Charo!
Nauthiz
Y es que, cuando paseas por tus relatos, el tiempo siempre es relativo...y siempre tienes ganas de más...muy bueno.
ResponderEliminarBesos
Sí, quiero que me cuentes.
ResponderEliminarLo feérico atrae mi atención. Que fascinante debe ser el amor de una driade, algo que los mitos griegos han mencionado.
Como la diferencia en el paso del tiempo.
Que melancolía y a la vez que fascinación debe traer el haber tenido el amor de una mujer feérica, en forma contundente y real.
Que historia!
Impresionante!! Una maravilla. Adoro el mundo mágico de los gnomos y demás seres fantásticos.
ResponderEliminarEs precioso tu relato.
Muchos besos
Maravilloso cuento, amada dríade.
ResponderEliminarel amor parece poder tomar distintas formas, ya sea en el mundo real como en el de estas particulares ninfas.
ResponderEliminar=)
Hermosa historia!
=)
Que magnifica, y magica creacion, Charo!
ResponderEliminarCompletico tu jardin con la fantasia en ese mundo feerico que habitas. Imagino la desbordante felicidad de esos diez dias. Genial!
Un beso
Muy buen relato, me ha encantado
ResponderEliminarDiez minutos inolvidables.
ResponderEliminarUn beso.
Buenos días, Charo:
ResponderEliminarHermosa tu leyenda: tanto en fondo como en forma.
A medida que envejezco me gusta más y más el romanticismo; y las historias positivas, alejadas de un tremendismo que las vulgariza.
Al igual que le ocurre a tu driada, me he enamorado a primera vista del encanto de su historia.
Yb abrazo, Charo.
Interesante. Un poco egoísta la Driada, porque aunque no le haya robado tiempo, sí le ha robado su vida. Me ha gustado tu historia en un mundo de fantasía.
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