Mary Paz se levantó un día y fue absorbida
por el lavabo. Sé que parece increíble pero así fue y así os lo voy a contar.
Ocurrió de repente, como ocurren siempre
estas cosas. Se estaba quitando los pelitos rebeldes de su bigote con las
pinzas, cuando éstas se le resbalaron de
las manos y obedeciendo la Ley de Murphy, aún no sabemos cómo, consiguieron
meterse por los pequeños agujeros redondos del desagüe del lavabo. Con premura,
Mary Paz acercó su cara, bueno más bien su ojo, para ver si era posible
recuperarlas, pero una fuerza succionadora tiró de ella y, otra vez sin saber cómo,
se encontró en un túnel oscuro y maloliente. Su inmediata reacción fue de pavor
pero como siempre había sido positiva y le gustaba la aventura decidió
tomárselo como tal. ¡Qué bien lo iba a pasar luego contando a los amigos sus
experiencias! Todo estaba oscuro a su alrededor excepto por la difusa claridad
que caía sobre ella. Si hay un principio, también habrá un final, se dijo, y ni
corta ni perezosa se dispuso a comenzar su andadura. A su lado estaban las
pinzas causantes del desastre que, increíblemente, eran tres veces más grandes
que ella. ¡Claro!, pensó, si no ¿cómo iba a haber pasado yo por el agujero?
Ahora soy del tamaño aproximado de una cucaracha. Al instante acudió a su mente
la imagen de Gregorio Samsa que tantas veces había recreado. Lo primero que
comprobó fue que no había caído de espaldas y eso le pareció una buena noticia
pero… ¡ay!... ¿no tenía muchas piernas? Empezó a contar y llegó hasta seis, y
con las dos patitas de adelante, ¿o debía decir manitas?, se tocó la cabeza y
la cara para comprobar estupefacta que sí, que se había convertido en una
cucaracha, pero como dijo alguien en una película sobre faldas, “nadie es
perfecto”. Lo malo, pensó un poco triste, es que no voy a poder contarlo a mis
amigos pero, ¡qué diablos, seguro que por estos túneles encuentro muchos
nuevos!
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Muy original, me gusto el humor. Seguro que Mary Paz encontrara millones de amigos por esos túneles.
ResponderEliminarSaludos
Que buen enfoque, el humor siempre sirve cuando se trata de atravesar túneles.
ResponderEliminarCariños…
P.D: vine a conocerte, porque sigo siempre sus relatos jueveros. Conocí a vuestro grupo por medio de Sindel, y sinceramente no sé porque no te encontré antes.
Es un gusto y con tu permiso me quedo.
Ay con el asco que me dan las cucarachas, por favor puedo convertirme en cualquier cosa pero en eso no!
ResponderEliminarTu relato es excelente, tiene un aire Kafkiano que me encantó.
Muy original Charo como todo lo que leí tuyo hasta ahora.
Un beso enorme.
Que transformación tan traumatica. No lo compensa la resistencia física, que tienen las cucarachas.
ResponderEliminarjaja una historia tan entretenida como improbable jeje...por suerte, ella es optimista y le encuentra el lado bueno a todo!
ResponderEliminar=)
Cuando una puerta se cierra...un lavabo se abre...muy sutil el toque kafkiano
ResponderEliminarEso es positividad y lo demás son tonterías.
ResponderEliminarQué bueno, al final cambió de vida. Cierto es que para cambiar de vida también tuvo que cambiar ella: una metamorfosis cucarachera. La desearemos suerte en su nueva vida.
ResponderEliminarUn abrazo guapetona
Ya estoy aquí con mi relato colgando...
ResponderEliminarPues mira, a veces no hay mal que por bien no venga, depende de la parte del vaso que vemos llena o vacía :)))
Un besito, Charo.
Bueno, todo no iba a ser tan bonito. Seguro que al final se vuelve a trasformar.
ResponderEliminarMuy original
Un beso
Hola Charo:
ResponderEliminarPuedes recoger mi aportación en:
http://desgranandomomentos.blogspot.com
Un abrazo.
Ay¡ pobrecilla convertida en cucaracha, el bicho que menos me gusta. Pero me encanta el humor que has puesto en el relato.
ResponderEliminarbesos
Si de lo malo no se encuentra la parte positiva, mejor taparse la cabeza con la almohada, La de historias que aún tiene que contar esta cucarachita.
ResponderEliminarBesos.
Muy buen relato, me sorprendió en esa primera frase y ya no podía dejar de leer. Original y psicodélico. Un besote.
ResponderEliminar¡La madre que te parió Cortés! convertirse en cucaracha.
ResponderEliminarMe gusta la actitud que adopta Paz. No me gusta eso de ser positivo o negativo o pesimista. Al final esos adjetivos nos los ponen los demás tras una serie de actitudes de ese tipo en concreto o nos los ponemos nosotros mismos previamente a ser esto o lo otro antes de serlo o no, pretendiendo en realidad tener una actitud que posiblemente no tengamos. Es como ser feliz, que no podemos serlo sin serlo, o lo eres o no, pero no puedes luchar por serlo, porque produce una inmensa frustración e infelicidad. La felicidad al final es un balance.
Paz cambia de línea de vida ante una situación que ha sucedido, no lucha por volver a ser lo que era, no siente apego y se enfrenta al futuro con la mente totalmente abierta, sin miedo y sin ideas preconcebidas ¡A ver que me encuentro! elige no sufrir, porque el sufrimiento no existe, lo destilamos nosotros.
Pero una vez más nos dejas huérfanos de tu historia, nos dejas unas gotas, la esencia, pero ¿y los matices? y la continuación ¿se queda debajo de algo donde alguien le tira cosas para que no salga?, ¿se encuentra con un conejo que siempre tiene prisa?, ¿da a parar a un valle donde se es eternamente joven?
Nos dejas colgados en tu pluma a la espera de un fin que no llega, de conocer a los protagonistas y los lugares, ¿nos los darás? ¿o nos dejarás caer al tintero?
Has captado la esencia del relato, aunque no estoy de acuerdo contigo en una cosa y es que el sufrimiento si existe, lo que cambia es la actitud que tomamos ante él.
EliminarTú quieres saberlo todo, pero esto no es una novela sino un relato breve con final abierto...
Muchas gracias por tu comentario.
Te dejo dos enlaces con dos entrevistas que hice a dos compañer@s para mi blog, que me parecen interesantes. La de prisiones tiene 1840 visitas.
ResponderEliminarhttp://cocolisoyyo.blogspot.com.es/2012/05/entrevista-lolo-penas-campeon-nacional.html
http://cocolisoyyo.blogspot.com.es/2012/05/entrevista-funcionario-de-prisiones.html
Surrealista, muy divertido y buscando siempre el lado positivo de las cosas que nos suceden, aunque, a veces, nos cuesta.
ResponderEliminarUn beso, guapa!
Bueno! eso es como para morirse!, pero es admirable lo rápido que encuentran el lado positivo algunas personas..¡Bien por tu protagonista Charo!
ResponderEliminarBesos anfitriona!
Bueno! eso es como para morirse, pero es admirable lo rápido que encuentran el lado positivo algunas personas...¡Bien por tu protagonista Charo!
ResponderEliminarBesos anfitriona!
Surrealista y divertida historia. No es fácil encontrar el lado positivo de las cosas en situaciones extremas como esta, pero parece que tu protagonista tiene esa actitud ante la vida. Me ha gustado tu relato, Charo.
ResponderEliminarGracias por ser una magnífica anfitriona.
Un fuerte abrazo.
alucinante, sicodelico. imaginacion generosa desplegada a todo texto.
ResponderEliminargracias por todo incluido el relato tan entretenido.
besos
un día me hablaron del santo job. nunca me había hablado de mari paz...leches y leches...a esto se le llama ser positivo...aunque a decir verdad, si le hubiese dado por renegar, lo hubiese pasado fatal. sí, al buen tiempo buena cara. hay gente así, charo. poca. he conocido a poca. son esas que cuando te las topas, si tienes un mal día, te lo alegran son tan sólo su presencia.
ResponderEliminarmedio beso.