DISCIPLINA DE DEVOCIÓN
Tumbada desnuda sobre el frío suelo de su
celda, sor Amor de Dios recita para sí los misterios del rosario mientras pasa
las cuentas con manos temblorosas. Resbalan por su muslo derecho pequeñas gotas
de sangre provocadas por los pinchos del cilicio demasiado apretado. Intenta
apartar así de su mente, mediante la mortificación de su cuerpo, la tentación
que el demonio ha puesto en su camino para probarla pero no puede. Una y otra vez
se introducen en su mente la imagen de la hermana Angélica y los deseos de
volver a sentir el sabor de sus labios, el tacto de su piel y alcanzar el
éxtasis que nunca hubiera podido imaginar.
Más relatos sobre conventos en el blog de Rhodea Blason
Aprovecho la ocasión para agradecer el premio LIEBSTER AWARD que me ha concedido Rhodea Blason.
Aprovecho la ocasión para agradecer el premio LIEBSTER AWARD que me ha concedido Rhodea Blason.
Y siguiendo las normas de la cadena, concedo el premio a otros DIEZ blogs con MENOS DE 100 seguidores que cito a continuación para que lo recojan cuando quieran
Que a su vez deberán nombrar otros diez con menos de 100 seguidores exceptuando al que se lo ha concedido.
A fuerza de cilicio y látigo ahuyentan al demonio, ¡qué penita de criaturas!
ResponderEliminar¡que triste relato!
ResponderEliminarQue vida mas triste, de verdad que no la entiendo.
ResponderEliminarUn abrazo
Lola
Habría que decirle que lo único que pillará será un refriado de aupa y una infección por las mal curadas heridas... ¿¿¿Los gozos de las santas y santos no tienen que ver con la pasión de los labios??? Entre bolita y bolita de rosario, esta chica ha perdido la razón...
ResponderEliminarCharo, muy buena esa. Un besito y tu café.
Buscando algo de información para participar de este jueves, he llegado a conocer historias de este tipo, que tú, tan bien narras, con brevedad, pero con toda la fuerza y crudeza de la autoflagelación, para apaciguar demonios internos. Ciertamente, que mejor haría en vivir sus deseos con plenitud y sin culpas, si la hermana Angélica está dispuesta, claro.
ResponderEliminarBueno, creo Charo, que pusiste el toque que le faltaba a los conventos que llevo leídos, porque aunque triste y dolorosa pueda parecernos la situación, no deja de ser menos cierta.
Besos!
Gaby*
Qué bueno!, me ha encantado.
ResponderEliminarBesos
Las supuestas formulas para ahuyentar al mal no servirán, porque esos pensamientos no tienen nada de maligno, aunque se lo hayan hecho creer. Y involuntariamente resulta sensual. Así que va a sucumbir a sus tentaciones.
ResponderEliminarVemos de breves y el tuyo tiene brevedad y en el tuyo, pese a lo breve, veo frío y un sentimiento de culpa no apagado por parte de la protagonista. Mucho en poco.
ResponderEliminarBesos, compañera.
Dicen que el masoquismo es un placer (?), ayy pupa nena, lástima que después de gozar con la sor Angélica le vengan esos ramalazos de remordimientos, pena penita pena, pero contra gustos (no se olvide de desinfectar y para tirarse por los suelos, antes vestir conjunto "la pastora" lana pura)
ResponderEliminarEn la brevedad has logrado la genialidad intensa. Besitos.
Y llegaron los remordimientos y el cargo de conciencia, aunque los pensamientos persisten. Encierras mucho en pocas palabras, y eso estás muy bien. Un beso.
ResponderEliminarBueno es lo que tiene estar encerrada diariamente con personas del mismo sexo. Lo mejor es salirse de ese convento y disfrutar del sexo en llibertad.
ResponderEliminarUn abrazo
Pobre hermana, despues de disfrutar le llegó la hora de padecer, si es que no puede ser tanta represión...
ResponderEliminarUn disfrute este micro Charo.
Creo que va a tener que rezar mucho y apretar más el cilicio jejeje.
ResponderEliminar=)
Felicitaciones por el merecido premio.
Un abrazo
¿Encajaría aqui el refran: "A Dios rogando y con el mazo dando? Pues eso, pobre mujer luchado contra las tentaciones de la carne.
ResponderEliminarBesosssssss
En la Iglesia, hay una contradicción vital y antinatura, en la obcecada obsesión de separar de nuestro ser, la sexualidad. Lo que obviamente tiene costos variadícimos que desconocemos, debido al gran hermetismo que ha caracterizado a la ilglesia.
ResponderEliminarGran relato, muy conciso y conmovedor.
El pajarito nuevo Ramfel Sierra.
Esa pasión no hay cilicio que la ataje.
ResponderEliminarBss.
A ver, por un lado y yendo de serio...pues que esa mortificación es la que ha traído a esos "presuntos hombres y mujeres de Dios" todas las frustraciones y consiguientes actos criminales contra la dignidad del ser humano (digo presuntos porque me niego a creer que Dios exija tales renuncias)
ResponderEliminarY yendo de no tan serio...pues tiene cierto puntito hot el relato, eh???
Un beso
Me encanta la foto que has elegido para ilustrar el relato, tiene de todo,,, como el relato. No se puede insinuar más en menos texto.
ResponderEliminarPienso que tanta pasión sería más recomfortante en libertad y la habitación de un hotel. Aunque esto, con riesgos, también tiene cierto morbo.
Besos
Pásate por mi blog y tendrás un premio que te recordará mi primera convocatoria. Muchas gracias por participar
ResponderEliminarMe gusta tu estilo. Volveré a leerte.
ResponderEliminarSaludos.
¡Cuanto sufrimiento! considerando pecaminosas las tentaciones a las que sucumbre. Seguro que acaba volviendo a repetir. Saludos.
ResponderEliminarRepresión es la palabra. La libertad sexual, un componente más de la libertad de elección del ser humano, ha sido siempre reprimida como una forma de sometimiento a reglas. ¿Cómo puede ser algo malo amar si está en la esencia, en el núcleo mismo de la doctrina que dicen seguir? Si el contacto carnal nos genera felicidad y placer y el ser humano busca ser feliz, ¿qué mal puede haber en ello cuando se practica libremente?. No bastan los cilicios ni la frialdad del suelo para vencer la fuerza del deseo. Sólo conseguirá torturarse inútilmente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un relato muy bien llevado, como es tu costumbre, pleno de imágenes tortuosas, para una vida que busca como el agua por las grietas, un poco de placer y compensación a tanto sacrificio.
ResponderEliminarBueno, si ya lo ha probado, a lo mejor repite.
ResponderEliminarUn beso.